LOS LIBROS PLÚMBEOS DEL SACROMONTE
El mensaje que traían los Libros
Plúmbeos a los moriscos era de doble naturaleza: pretendían convencerles de
que, en medio de su represión, podían aceptar el cristianismo en público y
participar en sus ritos, al tiempo que se mantenían firmes y conservaban la
esperanza de una victoria escatológica del islam. El mensaje que traían para
los cristianos era que esta minoría arabófona tenía una genealogía
paleocristiana y merecía ser reconocida y tolerada
Gerard Wiegers
Universidad de Ámsterdam
Vista de Granada. Grabado de Frans
Hogenberg (siglo XVI). Gallica.
Introducción
Los Libros Plúmbeos del Sacromonte
y el Pergamino de la Torre Turpiana representan un rico tesoro que ha suscitado
mucho debate en Europa a lo largo de los años. Para la interpretación de estos
textos difíciles, las autoridades religiosas en Granada buscaron eruditos y
estudiosos de árabe de muchos lugares, desde España —empezando con los moriscos
granadinos Miguel de Luna (1552-1615) y Alonso del
Castillo (1525-1607)— hasta Oriente Medio y el norte de Europa.
El libro The Lead Books of the Sacromonte and the Parchment of the
Torre Turpiana: Granada, 1588-1606, en el que esos textos han
sido editados y traducidos por Pieter Sjoerd van Koningsveld (catedrático
emérito de Estudios Islámicos, Universidad de Leiden) y Gerard Wiegers
(catedrático de las Ciencias de las Religiones, Universidad de Ámsterdam), es
el primer estudio, con edición crítica y traducción (y en acceso libre), de
todas las láminas de plomo originales encontradas en las cuevas del monte
Valparaíso, y del pergamino de la Torre Turpiana, estructura situada en el
corazón de Granada y supuestamente un resto de la antigua Mezquita Mayor.
El Pergamino se encontró dentro de
una caja de plomo al derribar la parte superior de la Torre en 1588, para
construir la nueva catedral que se levantó en el mismo lugar y que aún lo
ocupa. Los Libros Plúmbeos aparecieron entre 1595 y 1599 en la colina que se
llamaba Valparaíso, luego denominada el Sacromonte. Los últimos tres libros
encontrados (los números 20 a 22) quedaron en manos de un granadino desconocido
que acabó cediéndolos al secretario del rey Felipe III en 1606.
Los veintidós libros varían en extensión, desde unas pocas láminas a tomos más extensos, algunos hasta divididos en dos partes. Dos de ellos (LP 5 y 9) son copias del mismo texto con ligeras diferencias, que presentamos como texto único con sus variantes (la relación de los libros está recogida en un Apéndice al final).
Recreación de la Torre Turpiana.
Grabado de Francisco Heylan (1584-1650) en Vindicias catholicas granatenses: relacion breue de las
reliquias que se hallaron en la ciudad de Granada (1706).
Mi propósito hoy es presentar los
principales resultados de nuestra investigación de los libros plúmbeos
originales y de los ricos materiales de archivo asociados con ellos. Por
desgracia, mi co-autor Pieter Sjoerd van Koningsveld falleció el 28 de julio de
2021. Ahora es un recuerdo feliz para mí el que presentáramos juntos nuestras
conclusiones preliminares en Granada en 2019 [1].
¿Por qué estudiar los Libros Plúmbeos y el Pergamino
juntos?
Según hemos demostrado, existía una
relación estrecha entre el contenido del Pergamino y el de los Libros Plúmbeos.
Mantenemos que todos los documentos juntos representan dos fases de un intento
por uno o más autores anónimos de dar voz a un mensaje islámico, profético y
escatológico en curso de desarrollo, del que luego daré más detalles. Los
documentos se pueden fechar entre la segunda rebelión de los moriscos
granadinos, la de las Alpujarras, y el final del siglo XVI o comienzos del
siglo XVII. Sus autores eran criptomusulmanes cuya existencia religiosa, social
y política estaba amenazada por la represión y una posible expulsión de España.
Más adelante daré más datos sobre su autoría.
La importancia de una edición crítica y una traducción
científica
Antes de abordar los mensajes
religiosos de los Libros Plúmbeos, hablaré brevemente de su descubrimiento y el
del Pergamino. Es muy probable que sus autores buscaran atraer la atención de
las autoridades religiosas cristianas. El Pergamino, descubierto por obreros en
la Torre Turpiana en 1588, estaba escrito en castellano y árabe, y venía
acompañado de reliquias: un hueso de San Esteban y un velo que habría
pertenecido a la Virgen María. El pergamino llevaba la firma en árabe de
Cecilio, quien, según la leyenda de los «siete varones», fue el primer
arzobispo de Illíberis. Antes del descubrimiento de los dos primeros Libros
Plúmbeos en 1595, habían aparecido unas placas en latín que conmemoraban a los
mártires muertos en el Monte Valparaíso y los títulos de los dos primeros
libros descubiertos estaban en las dos lenguas, latín y árabe.
Recreación del descubrimiento de
los plomos del Sacromonte. Grabado de Francisco Heylan (1584-1650) en Vindicias catholicas granatenses: relacion breue de las
reliquias que se hallaron en la ciudad de Granada (1706).
En ambos casos, los entonces
obispos, Juan Méndez de Salvatierra para el Pergamino (pues antes de su muerte
en 1588 inició el primer intento de su interpretación) y Pedro de Castro para
los Libros Plúmbeos, llamaron a intérpretes de árabe. Todos los que participaron
produjeron traducciones interpretativas en las que dominaba la convicción de
que estos documentos eran auténticamente cristianos primitivos. Esta línea de
traducciones continuó después de la muerte de Pedro de Castro el 20 de
diciembre de 1623, sobre todo en el caso de la traducción española de casi
todos los Libros hecha bajo la supervisión del tercer marqués de Estepa, Adán
Centurión (1582-1658). Estepa fue un apasionado defensor de su carácter
auténtico cristiano. Pero entre los que manejaron los Libros Plúmbeos y el
Pergamino hubo también disidentes, entre ellos el erudito de la Biblia Benito
Arias Montano (1527-1598) y el cristiano oriental Marcos Dobelio (c.
1572-1654).
Como hacemos constar en nuestra
edición, los traductores que trabajaron para Estepa no empezaron desde cero:
pudieron aprovechar los plomos originales con sus transcripciones existentes, y
tal vez consultaron las primeras traducciones también. La traducción española
patrocinada por Estepa fue la base de la edición publicada por Miguel José
Hagerty en 1980, y vuelta a editar por él con ligeros cambios entre 1998 y
2007 [2]. En los siglos XVI y XVII sólo un reducido
círculo conocía los textos árabes originales.
Eruditos escogidos por el Vaticano
cotejaron todas las transcripciones árabes, y se produjo una traducción al
latín. El comité asesor del Vaticano percibió claramente el contenido islámico
de los textos; entre sus miembros figuraban eruditos muy conocidos como
Athanasius Kircher (1602-1680) y Ludovico Marracci (1612-1700), experto en el
Corán. Se acabó la interpretación «cristianizante» cuando el papa condenó los
contenidos del Pergamino y los Libros Plúmbeos en 1682.
En nuestra época, Miguel José
Hagerty (1955-2019) y Philippe Roisse publicaron ediciones de algunos de los
textos árabes, pero pudieron basarse únicamente en las transcripciones
contemporáneas, no en los originales en árabe [3]. Hasta la publicación de nuestro libro no
había aparecido ninguna edición crítica ni una traducción científica.
Gracias al visto bueno del
arzobispo de Granada, hemos sido los primeros investigadores que han podido
consultar las láminas de plomo originales desde que el Vaticano los devolvió a
España en el año 2000.
¿Cuáles son los conceptos principales, y cómo se
desarrollaron?
Debo explicar primero que
analizamos los libros en el orden en que se encontraron, lo que nos ha
permitido percibir diferencias y semejanzas entre ellos a la luz de un proceso
que se habrá desarrollado entre 1588 y 1599, empezando con el Pergamino. Pero la
narración que contienen empieza de hecho con los Libros Plúmbeos, y con ellos
iniciaré mi relato.
Comienzan los Libros Plúmbeos con
la historia de cómo dos hermanos árabes se convirtieron después de conocer a
Jesús; se hicieron sus discípulos y luego secretarios de Jacobo y anotadores de
los textos, que contenían elementos doctrinales, rituales, éticos y narrativos
sobre Jesús, María y el mismo Jacobo. María juega un papel importante en los
Libros Plúmbeos. Los relatos sobre ella culminan en su ascensión espiritual a
los cielos y la revelación de un libro sagrado, La Esencia del
Evangelio (LP17) en el Monte de Olivos. El Libro
de las Cualidades Sobresalientes de Jesús y María (LP7) se basa en el
testimonio ocular del apóstol Jacobo, quien difunde el mensaje durante dos
viajes misioneros: el primero a España, seguido de un retorno a Jerusalén y
Samaria, y luego otro segundo a España (LP 20-22). A Jacobo, el principal promotor
del mensaje religioso, le acompañaban Cecilio ibn al-Riḍā, Tisʿūn ibn ʿAṭṭār y
otros discípulos. La esencia del mensaje es un monoteísmo inclusivo inspirado
en Jesús, plasmado en el testimonio de la fe: لا اله الا الله يصوع
روح الله , «No hay Dios sino Dios, Jesús es el Espíritu de Dios», y «todos los
libros (revelados) son la verdad». Hacen referencia implícitamente al concepto
místico de al-Ḥaqīqa al-Muḥammadiyya. Este concepto encuentra sus orígenes en
la extendida filosofía mística de la unidad y unicidad de las religiones [4]. Pero también la Virgen María, además de
transmitir muchas historias sobre Jesús, aparece como una profetisa que realiza
un viaje espiritual a los Cielos.
Recreación del descubrimiento de
reliquias en el Sacromonte. Grabado de Francisco Heylan (1584-1650) en Vindicias catholicas granatenses: relacion breue de las
reliquias que se hallaron en la ciudad de Granada (1706)
El núcleo del mensaje del Pergamino
y los Libros Plúmbeos es que, aunque los verdaderos creyentes monoteístas
promulgadores de la fe han de sufrir bajo la represión de politeístas e
infieles, serán redimidos al final de los tiempos: se aceptará su mensaje y la
religión «se hará una». Los autores criptomusulmanes pusieron ese mensaje en
boca de Jesús, María y Pedro, además de la de Jacobo y sus discípulos, entre
ellos los dos hermanos árabes Cecilio ibn al-Riḍā, o, en los textos latinos,
Cecilius, y Tisʿūn ibn ʿAṭṭār o, en los textos latinos, Tesifón.
Los hermanos acompañaron a Jacobo
en sus dos misiones a España, donde en el segundo viaje el apóstol sufrió
martirio. Habían llevado consigo libros que contenían el mensaje y que luego
ocultaron. Anticipando su propio martirio, depositaron junto a los libros un
pergamino que contenía una profecía cifrada sobre el final de los tiempos,
supuestamente escrita por Juan Evangelista, el hermano menor de Jacobo. Los
Libros Plúmbeos, escritos en árabe, contienen pasajes en una letra críptica que
ha resultado imposible de descifrar; concluimos que tenía una función mágica.
Es el caso especialmente de la Esencia del Evangelio. Los libros
prometen que estos secretos serán revelados al final de los tiempos por un
árabe, descendiente de los árabes que llevaron el mensaje original a España —es
decir, un morisco—. Así, los Libros Plúmbeos señalan a los moriscos como
herederos de la verdadera religión en la Península Ibérica.
Los textos sugieren que esta
primitiva comunidad también albergaba creencias trinitarias y mencionan varias
opiniones sobre la crucifixión: el texto principal, el Libro de las
Cualidades Sobresalientes de Jesús y María (LP7), sugiere que Jesús no
fue crucificado sino que lo fue otro en su lugar, en conformidad con creencias
islámicas.
Las descripciones del final de los
tiempos y de los sufrimientos que lo acompañarán establecen claramente que se
habla de la época de los moriscos. Ellos son los portadores del verdadero
monoteísmo, y descienden en línea directa de los cristianos árabes cuyas vidas
se narran en los Libros Plúmbeos. En términos islámicos, se les denomina
los gurabāʾ, «extraños» o «extranjeros», y los plomos citan
una Tradición profética (hadiz), que dice que «el Islam comenzó como
extranjero y acabará extranjero también al final de los tiempos». Aquí el
mensaje se enmarca de forma algo diferente, y se evita el término «Islam»,
usando «religión» (ár. dīn), pero el significado es igual. En los
Libros Plúmbeos se encuentran muchas citas del Corán y la Tradición Profética.
Una de las planchas de los libros
plúmbeos del Sacromonte (IV 4b). Figures for The Lead Books of the
Sacromonte and the Parchment of the Torre Turpiana: Granada, 1588–1606 by
Gerard Albert Wiegers and Pieter Sjoerd van Koningsveld.
Dentro de la narración, el
pergamino señala el comienzo del fin de los portadores de este mensaje. Una de
las placas conmemorativas asociadas con los Libros Plúmbeos nombra la Torre
Turpiana como el lugar donde este grupo de fieles escondió un tesoro cuando
anticipaban su fin. Pero en la realidad histórica, creemos que fue el primer
documento creado. Más tarde, los autores cambiaron algunos aspectos de lo ya
escrito, sobre todo al darse cuenta de que se habían equivocado: por ejemplo,
el pergamino en una ocasión llama a Jesús por su nombre islámico, ʿĪsā,
mientras que los Libros Plúmbeos usan exclusivamente su nombre cristiano árabe,
Yaṣūʿ. Está claro que los autores aprendieron de sus errores. Pero el Pergamino
y los Libros Plúmbeos tienen en común una terminología religiosa
característica: por ejemplo, designan al Monte del Templo en Jerusalén con el
término Ramat al-Hamal (o Monte del Descuido), expresión con
una polémica connotación antijudía [5]. En este contexto simboliza que Dios ha
rechazado a los judíos y ha elegido a los árabomusulmanes. Volveremos a este
aspecto más adelante.
También hay que resaltar la
cuestión de la lengua: los autores emplearon, suponemos que a propósito, el
dialecto árabe andalusí. Creerían que este dialecto, el que ellos mismos
hablaban, habría sido el de los cristianos árabes en España, según se expresa
en el Pergamino cuando Cecilio ibn al-Riḍā relata la profecía de Juan:
«La he traducido a la lengua
española hablada, y he compuesto sobre ella un comentario que incluye la
antedicha adivinanza en la lengua árabe que se usa en la Península de España y
sus cercanías al oeste, para los cristianos mozárabes».
Como otros eruditos ya habían
mantenido (sobre todo Leonard Patrick Harvey, quien publicó extensamente sobre
los Libros Plúmbeos), esto indica que los Libros figuran entre los últimos
textos escritos en árabe andalusí [6].
El significado islámico de la geografía en los Libros
Plúmbeos
La dinámica entre el Monte del
Templo en Jerusalén y el Monte Sacro en Granada juega un papel esencial en los
Libros Plúmbeos. En Jerusalén vivió y murió Jesús, y en esa ciudad se reveló a
María la Esencia del Evangelio. Ahí también, la Esencia desapareció
ante ella en el Monte de los Olivos. Jacobo llevó una copia escrita sobre plomo
a España, donde la sepultó en el Monte Sacro junto con los demás Libros
Plúmbeos. Toda la colección debió servir, según la narración conservada en los
Libros mismos, como la documentación doctrinal y ritual en la que se fundaría
la comunidad. Esta comunidad, la Iglesia, se llama en los libros la «Sagrada
Mezquita». Pedro se denomina en árabe khalīfa, es decir, el
vicario, al papa. Los responsables de la iglesia se llaman «gente con poder y
decisión», otro ejemplo de una referencia a la terminología islámica que
se utiliza para los que escogen al califa [7]. En otras palabras, el marco conceptual de
la institución se presenta con un discurso a la vez cristiano y araboislámico,
lo cual le permite al lector morisco penetrar en las formas cristianas y
encontrar en el corazón de ellas un mensaje islámico. Los autores quisieron
demostrar su carácter seguro y fiable con el uso de los llamados «caracteres
salomónicos», y colocando al inicio y al final de cada libro el Sello de
Salomón, elemento que explican en más detalle en el Libro 11, Libro de
la Historia del Sello de Salomón.
El Monte Sacro con sus reliquias de
los mártires debía ser destino de peregrinación para los siglos de los siglos.
Mantenemos que esto les permitía a los moriscos participar en esa
peregrinación, imaginándose su carácter musulmán: según el Islam, en casos de
persecución o peligro mortal los musulmanes pueden mantener la fe en su
interior mientras practican rituales cristianos en público [8]. La profecía de los Libros Plúmbeos les
promete que, al final de los tiempos, el original de la Esencia del
Evangelio aparecerá en Jerusalén; en Oriente se convocará un concilio
presidido por un rey no árabe, ante el cual un modesto hombre árabe explicará
ese texto. Entonces también, se supone, se revelará quién es el Prometido
(ár. al-munʿam); aunque no se le nombra, se le identifica de forma
ambigua con términos islámicos al profeta Muhammad, mientras la Esencia
del Evangelio se identifica con el Corán. Todo el mundo se convertirá
a una sola religión y la religión será una. La noción de un solo Concilio y de
la conversión escatológica del mundo entero a una sola Religión no es exclusiva
de estos textos, sino que concuerda con ideas que circulaban en el Imperio
Otomano y en Europa a partir del siglo XV.
Jacobo aparece en los Libros como
el portador protomusulmán del verdadero monoteísmo, cuyos viajes diseminan la
necesidad de romper con los ídolos. En Jerusalén discute con el gran rabino,
encuentro que ocasiona directamente su última misión a España.
La función y el objetivo de los Libros Plúmbeos
El mensaje que traían los Libros
Plúmbeos a los moriscos era de doble naturaleza: pretendían convencerles de
que, en medio de su represión, podían aceptar el cristianismo en público y
participar en sus ritos, al tiempo que se mantenían firmes y conservaban la
esperanza de una victoria escatológica de la verdadera fe. Indican claramente
que el símbolo de esa única religión, La Esencia del Evangelio, se
refiere al Corán. Así pues, los Libros proyectan el mensaje coránico hacia
atrás en el tiempo, hasta el origen mismo del cristianismo, y hacia delante,
hasta el momento en que se revelarán sus secretos, especialmente los pasajes en
escritura mágica indescifrable en La Esencia del Evangelio (de
ahí llamado «libro mudo» por los intérpretes contemporáneos), en la España
morisca [9]. El mensaje del Islam se desarrolla con
claridad creciente en los Libros, y los últimos de la serie hacen referencia a
textos islámicos que circulaban entre los moriscos.
Una de las planchas de los libros
plúmbeos del Sacromonte (XVI 12b). Figures for The Lead Books of the
Sacromonte and the Parchment of the Torre Turpiana: Granada, 1588–1606 by
Gerard Albert Wiegers and Pieter Sjoerd van Koningsveld.
Al poner sus palabras en boca de
cristianos primitivos, los autores concuerdan con la visión islámica del primer
cristianismo que circulaba también entre mudéjares y moriscos. Se creía que los
seguidores de Jesús empezaron como protomusulmanes, pero luego se desviaron de
su mensaje y se dividieron en sectas. Era una creencia común en el pensamiento
islámico. En algunos textos andalusíes anteriores también encontramos un
pequeño grupo de cristianos que siguieron a Jesús y, a diferencia de otros, se
mantuvieron fieles a su mensaje monoteísta.
Autoría y comunidad
Miguel
de Luna, médico morisco granadino y traductor del Pergamino y los
Libros Plúmbeos, estuvo implicado en la trama desde su inicio. Había estudiado
medicina en la Universidad de Granada. Hemos demostrado que fue el único
intérprete del pergamino que conocía ciertos códigos secretos, y además conocía
otras falsificaciones que defendió en público como verdaderas. Citó su
famosa Verdadera Historia del Rey Don
Rodrigo, publicada en 1592, como fuente auténtica para la
historia de al-Andalus; en realidad era puro invento suyo [10]. Tenía un claro interés en que los Libros
Plúmbeos se aceptaran como genuinos: su ambición era hacer carrera como
intérprete de árabe y conseguir la hidalguía, lo que le protegería a él y a su
familia contra la expulsión que se veía venir.
Para poder ser incluidos en la
sociedad cristiana como árabe-hablantes, los moriscos querían demostrar su
genealogía auténtica como descendientes de cristianos árabes, en una España
obsesionada por la pureza de sangre. Los autores del Pergamino y los Libros
Plúmbeos defendían un mensaje místico inclusivo («Todos los libros son la
Verdad») en la que la lengua árabe jugaba un papel central para la salvación.
En fuentes de la Inquisición, Miguel de Luna figura como alguien que conocía el
contenido islámico de los Libros Plúmbeos, como ha demostrado Mercedes
García-Arenal [11].
Exploramos también el papel de otro
médico, Alonso, probablemente hijo de Miguel de Luna; también estaría implicado
en la trama y fue procesado por la Inquisición en Granada y en Murcia. Nuestros
datos sobre Luna confirman anteriores hipótesis.
Portada de La Verdadera
Historia del Rey Don Rodrigo de Miguel de Luna
Estamos en desacuerdo con
anteriores investigaciones, sin embargo, en cuanto a Alonso del Castillo, el
otro intérprete granadino de árabe que trabajó con Luna para traducir el
Pergamino y los Libros Plúmbeos. Hemos demostrado que no tomó parte en la falsificación.
Señalamos a otro morisco que pudo
estar implicado, el que se encargó de llevar transcripciones árabes de los
Libros Plúmbeos a Túnez: se llamaba en árabe Yūsuf Qalbu al-Andalusī y en
español Juan Calvo Navarro. Era un escribano en Granada que redactó el
testamento de Alonso del Castillo. Fue uno de los supuestos descubridores de
los Libros en las cuevas del Sacromonte.
Conclusión y agradecimientos
No cabe duda alguna sobre la
naturaleza fraudulenta de los Libros Plúmbeos. Se detectan en ellos huellas de
la prisa y pequeñas contradicciones que sugieren que se fabricaron bajo la
presión del tiempo. Pero, al mismo tiempo, creemos que puede haber más detrás
de este episodio que una simple fabricación instrumental.
Hablaré aquí de dos aspectos.
Primero, tenemos la enorme extensión de los textos y sus muchas facetas
teológicas, rituales, éticas y escatológicas. Creemos que esa amplitud
sobrepasa la intención de legitimar intereses ideológicos. Sus autores habrían
podido conseguir su objetivo con un número de textos mucho más reducido, y
podrían haber omitido las extensas discusiones éticas que encontramos en
el Libro de Dichos Sabios sobre la Religión (LP14).
Es más: la creatividad, imaginación
e, incluso, invención literaria necesarias para concebir estos textos, elaborar
sus argumentos doctrinales y rituales, y luego componerlos sugieren que se
usaron dentro de un reducido grupo ya iniciado en su mensaje.
En segundo lugar, sabemos que hubo
un grupo de cientos de moriscos granadinos que se evadieron de la expulsión,
fueron descubiertos por la Inquisición a principios del siglo XVIII y fueron
procesados por sus creencias islámicas. Muchos de ellos fueron a Estambul.
Según fuentes inquisitoriales, las creencias fundamentales que abrazaban
coincidían con las creencias fundamentales de los Libros Plúmbeos. Es decir, el
mensaje de los Libros habría sido abrazado por un pequeño grupo de moriscos que
no fueron expulsados en 1611.
Los Libros Plúmbeos eran documentos
moriscos profundamente influidos en su mensaje islámico por la tradición
intelectual mudéjar y morisca, la cual se puede reconstruir a base de los
manuscritos árabes y aljamiados conservados. No entro en detalles aquí, pero
algunos de estos documentos iluminan la base religiosa de esa tradición.
Tenemos los manuscritos islámicos en árabe descubiertos en el siglo XVII en
Pastrana (pueblo densamente poblado por moriscos granadinos tras la rebelión de
las Alpujarras), analizados en años recientes por Mercedes García-Arenal y
Fernando Rodríguez Mediano [12]; manuscritos árabes que pertenecieron a
moriscos que ahora están en la biblioteca del Vaticano; los manuscritos
mudéjares de Ocaña y otros lugares [13]; y el texto profético encontrado en Cútar,
estudiado por Carmen Barceló y Ana Labarta [14]. Otras fuentes importantes pueden ser los
textos cristianos, incluso misioneros, a los que estos manuscritos parecen
responder, a veces de manera polémica.
¿Cuál fue el objetivo de esta
extensa e ingeniosa invención histórica y religiosa? En su aspecto más
práctico: legitimó la existencia de un grupo que estaba amenazado por la
marginación y la expulsión, los moriscos, en general, pero más particularmente
el grupo de moriscos granadinos que, en su apariencia externa, estaban
asimilados por completo y que aún vivían en Granada después de las expulsiones
forzosas de Castilla tras la revuelta de 1568-1571. También legitimó la
devoción externa cristiana dentro de este grupo.
Finalmente, quiero expresar nuestro
agradecimiento a todos los que nos han ayudado y han hecho posible este
trabajo. No puedo nombrarlos a todos, pero sin ellos no se habría podido
escribir este libro. En primer lugar, he de mencionar la erudición y el apoyo,
hace ya muchos años, del profesor Leonard Patrick Harvey (1929-2018), y de
Fernando Rodríguez Mediano y de Mercedes García-Arenal del CSIC de Madrid.
Agradecemos a la sra. Nanda de Groot por su ayuda con las fotos, y a la
profesora Consuelo López-Morillas por su corrección del texto [15]. El proyecto del European Research Council
(ERC), The European Qur’an, dirigido por la
profesora Mercedes García-Arenal, del que soy investigador, nos ha
permitido que nuestra edición esté en acceso abierto [16]. La infatigable ayuda y amistad de los
archiveros del Sacromonte, Vicente Redondo Toro y Juan Sánchez Ocaña, han sido
decisivas, junto con la generosa colaboración de nuestros colegas Antonio López
Carmona y María Luisa García Valverde. Ha sido crucial el compromiso de todos
ellos con las colecciones del Sacromonte —no solo con los Libros Plúmbeos, sino
con todos los demás tesoros del archivo y la biblioteca. Verdaderamente
fundamental, sin embargo, ha sido el permiso del Arzobispo don Francisco Javier
Martínez Fernández. Agradecemos de todo corazón su confianza en nosotros.
Quiero recordarles de nuevo que
nuestro libro es solo la primera edición de una serie de textos muy complicados
y difíciles: esperamos que pueda servir de paso inicial en el estudio de los
Libros Plúmbeos.
Apéndice:
Estos son los títulos
(originalmente en árabe) de los libros en el orden en que se encontraron:
1. Los
Fundamentos de la Religión por Tisʿūn ibn ʿAṭṭār, discípulo del Apóstol Jacobo
2. Libro de
Tisʿūn ibn ʿAṭṭār sobre la Venerable Esencia
3. Oración y
amuleto contra todos los males por Jacobo hijo de Shamīkh al-Zabadī, el Apóstol
4. Libro de la
Forma de la Misa por Jacobo el Apóstol escrito por su secretario, Tisʿūn ibn
ʿAṭṭār
5. Libro del
honrado y bendito apóstol Jacobo ibn Shamīkh al-Zabadī sobre la admonición a
los Apóstoles, y el consenso de éstos sobre él
6. El Llanto del
Apóstol Pedro, el Vicario, después de haber denegado a su señor Jesús en el
momento de su crucifixión
7. Libro de las
Cualidades Sobresalientes y los Milagros de Nuestro Señor Jesús y de su Madre
la Bendita Virgen María
8. Libro de los
Más Potentes Instrumentos del Poder, la Clemencia, y la Justicia del Universo
(1a parte)
9. Otro ejemplar
con ligeras variantes del “Libro del honrado y bendito apóstol Jacobo ibn
Shamīkh al-Zabadī sobre la admonición a los Apóstoles y el consenso de éstos
sobre él”, LP5
10.
Libro de los Más Potentes Instrumentos del Poder, la
Clemencia, y la Justicia del Universo (2a parte)
11.
Libro de la Historia del Sello de Salomón
12.
Libro de las Bendiciones de la Morada de la Paz y de
los Castigos de la Morada de la Venganza, por Cecilio ibn al-Riḍā, discípulo
del Apóstol Jacobo
13.
Libro de la Naturaleza y el Poder del Ángel por
Cecilio ibn al-Riḍā, discípulo del Apóstol Jacobo
14.
Libro de Dichos Sabios sobre la Religión
15.
Libro de la Historia de la Esencia del Evangelio
16.
Libro de las Conversaciones Íntimas de la Virgen María
17.
La Esencia del Evangelio
18.
Libro de los Regalos a los Siervos de Dios que Creen
en la Esencia del Evangelio, con ocho preguntas hechas a María Bendita
19.
Libro de los Enormes Secretos
20.
Libro de las Cualidades Sobresalientes del Apóstol
Jacobo y Sus Milagros (1a parte)
21.
Libro de las Cualidades Sobresalientes del Apóstol
Jacobo y Sus Milagros (2a parte)
22.
Libro de los Enormes Secretos del Gran Concilio que
vio el Apóstol Jacobo en el Monte Sacro, escrito a sus órdenes por su discípulo
Cecilio
Para ampliar:
·
Albarracín
Navarro, Joaquina, y Juan Martínez Ruiz. Medicina, farmacopea y magia
en el Misceláneo de Salomón (texto árabe, traducción, glosas aljamiadas,
estudio y glosario). Granada: Universidad de Granada, 1987.
·
Barceló,
Carmen, y Ana Labarta. “Tawq al-Ḥamāma: un muwaššaḥ apocalíptico.” In Traducir
el mundo árabe. Homenaje a Leonor Martínez Martín, editado
por Mònica Rius, Èlia Romo, Ana M. Bejarano y Erica Consoli, 93-131. Barcelona:
Universitat de Barcelona, 2014.
·
Bernabé
Pons, Luis Fernando (ed.). Miguel de Luna, Historia Verdadera del Rey
Don Rodrigo. Edición facsímil, Granada: Universidad de Granada, 2001.
·
García-Arenal,
Mercedes. “Miguel de Luna y los moriscos de
Toledo: ‘No ay en España mejor moro’.” Chronica Nova 36(2010):
253-62.
·
García-Arenal,
Mercedes, y Fernando Rodríguez Mediano. “Médico, traductor, inventor: Miguel
de Luna, cristiano árabigo de Granada.” Chronica Nova 32(2006):
187-231.
·
García-Arenal,
Mercedes, y Fernando Rodríguez Mediano. “Los Libros de los Moriscos y los
eruditos orientales.” Al-Qanṭara, 31 no. 2 (2010):
611-646.
·
García-Arenal,
Mercedes, y Fernando Rodríguez Mediano. The Orient in Spain. Converted
Muslims, the Forged Lead Books of Granada, and the Rise of Orientalism. Tr.
por Consuelo López-Morillas. Leiden: Brill, 2013. [: Un Oriente
español. Los moriscos y el Sacromonte en tiempos de Contrarreforma. Madrid:
Marcial Pons, 2010].
·
Hagerty
Fox, Miguel José. “Transcripción, traducción y observaciones de dos de los
libros plúmbeos.” Memoria de licenciatura. Granada: Universidad de Granada,
1979.
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Hagerty
Fox, Miguel José. “Transcripción, traducción y
observaciones de dos de los ‘Libros plúmbeos’ del Sacromonte.” Tesis
doctoral, Granada: Universidad de Granada, 1983.
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Hagerty
Fox, Miguel José. Los Libros Plúmbeos del Sacromonte. Edición de Miguel
José Hagerty. Madrid: Editora Nacional, 1980, 2a edición: Editorial
Comares, 1998, reimpresión, Granada: Editorial Comares, 2007.
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Harvey,
Leonard Patrick. Muslims in Spain, 1500 to 1614. Chicago y
Londres: The University of Chicago Press, 2005.
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Koningsveld,
P.S. van, y Wiegers, Gerard A. “The polemical works of Muhammad
al-Qaysī (fl. 1309) and their circulation in Arabic and Aljamiado among the
Mudejars in the fourteenth century.” Al-Qantara XV
(1994):163-199.
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Koningsveld,
Pieter Sjoerd van, y Gerard Albert Wiegers. The Sacromonte Parchment and Lead
Books. Critical Edition of the Arabic Texts and Analysis of the Religious
Ideas. Presentation of a Dutch research project, Granada, March 19, 2019. With
images of the original Lead Books and the Parchment. Rijswijk:
Avondrood, 2019 (traducido por Mònica Colominas Aparicio, El Pergamino y los Libros
Plúmbeos del Sacromonte. Edición Crítica de los Textos Árabes y Análisis de las
Ideas Religiosas en Ellos: Presentación de un proyecto de investigación
holandés, Granada, 19 de marzo de 2019, 19.00-21.00 . Con imágenes de los Libros
Plúmbeos y del Pergamino. Uitgeverij
Avondrood.
·
Koningsveld,
Pieter Sjoerd van, y Gerard Albert Wiegers. The Lead Books of the Sacromonte and the Parchment of the
Torre Turpiana: Granada, 1588-1606. General Introduction, Critical
Edition, and Translation. Leiden: Brill, 2024.
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Roisse,
Philippe. “L’Histoire du Sceau du Salomon ou
de la coincidentia oppositorum dans les livres de plomb.” Al-Qanṭara 24,
no. 2 (2003): 359-408.
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Roisse,
Philippe. “La Historia del Sello de Salomón en los Libros
Plúmbeos.” In Los Plomos del Sacromonte: Invención y Tesoro, editado
por Miguel Barrios Aguilera and Mercedes García-Arenal, 141-71. Granada:
Universidad de Granada, 2006.
·
Steward,
Devin. “Dissimulation in Sunni Islam and
Morisco Taqiyya.” Al-Qantara, XXXIV, 2 (2013): 439-490.
Notas:
* Este texto está basado en la
presentación del libro The Lead Books of the Sacromonte
and the Parchment of the Torre Turpiana: Granada, 1588-1606 General Introduction, Critical Edition, and
Translation, por Pieter Sjoerd van Koningsveld, catedrático
emérito de Estudios Islámicos, Universidad de Leiden, y Gerard Wiegers,
catedrático de las Ciencias de las Religiones, Universidad de Ámsterdam. La
presentación fue llevada a cabo por Gerard Wiegers en la Abadía del Sacromonte,
15 de diciembre de 2023, con ocasión del cuarto centenario de la muerte de
Pedro Vaca de Castro y Quiñones, arzobispo de Granada (14 de mayo 1534 – 20 de
diciembre 1623).
[1] Pieter Sjoerd van Koningsveld y Gerard
Albert Wiegers, The Sacromonte Parchment and Lead
Books.
[2] Hagerty, Los Libros Plúmbeos
del Sacromonte.
[3] Hagerty Fox, “Transcripción,
traducción y observaciones de dos de los libros plúmbeos (tesina de
licenciatura y tesis doctoral); Roisse, “La Historia del Sello de
Salomón.”
[4] Van Koningsveld y Wiegers, El Pergamino y los Libros plúmbeos (traducción
por Mònica Colominas Aparicio),
[5] LP22, nuestra edición, p. 562.
[6] Por ejemplo, Harvey, Muslims
in Spain, 1500 to 1614.
[7] LP1, fol 3b, cf. ahl-al-ḥall wa
al-ʿaqd.
[8] Ver, entre otros, Stewart, “Dissimulation in Sunni Islam and
Morisco Taqiyya.”
[9] Si hemos acertado al argüir que no hay
ningún texto por descifrar, tenemos que suponer que los autores no pensaban en
un futuro concilio, sino en la inclusión del grupo en su propia sociedad como
proceso social y político.
[10] En otro tratado escrito por él, sobre
la higiene y el valor de los baños públicos, Miguel de Luna también mantuvo que
el Pergamino era una fuente auténtica cristiana y deriva argumentos médicos del
comentario sobre la profecía.
[11] García-Arenal, “Miguel de Luna y los moriscos de
Toledo: ‘No ay en España mejor moro’”.
[12] García-Arenal y Rodríguez
Mediano, The Orient in Spain. Converted Muslims, the Forged Lead Books
of Granada, and the Rise of Orientalism.
[13] Van Koningsveld y Wiegers. “The
polemical works of Muhammad al-Qaysī (fl. 1309) and their circulation in Arabic
and Aljamiado among the Mudejars in the fourteenth century.”
[14] Barceló y Labarta, “Tawq al-Ḥamāma:
un muwaššaḥ apocalíptico.”
[15] Agradezco a Consuelo López-Morillas
también por traducir el texto de la presente presentación.
[16] Ver: https://brill.com/display/title/68485
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