martes, 5 de agosto de 2025

LA ARABIZACIÓN DE AL-ÁNDALUS

 

LA ARABIZACIÓN DE AL-ÁNDALUS


El andalusí es el dialecto árabe medieval mejor documentado. Hoy día es considerado un elemento esencial en la historia de la lengua árabe y su dialectología

Ángeles Vicente
Universidad de Zaragoza

Reproducción facsímil de un fragmento del Vocabulista in arabico, según el códice de la Biblioteca Riccardiana de Florencia, edición de C. Schiaparelli (1871). Biblioteca Digital de la AECID.


¿Cómo se produjo la arabización de al-Andalus?

Al-Andalus llegó a ser una sociedad arabo-islámica gracias al éxito del doble proceso de arabización e islamización. Tras la llegada del islam, se produjo en la Península Ibérica una transformación similar a la que había tenido lugar anteriormente en las regiones del Mediterráneo oriental, y cuyo resultado fue la paulatina asimilación de la población local hacia la cultura recién llegada, es decir la cultura árabe, que se convirtió en la dominante, aunque de manera recíproca esta fue influida también por algunos elementos de las culturas autóctonas.

La lengua árabe fue introducida en la Península Ibérica con la llegada de población arabófona en el siglo VIII, aunque se sabe que su número era escaso, pues la mayor parte de los conquistadores eran bereberes islamizados procedentes del Norte de África. El éxito y la expansión del árabe se debió, por tanto, a la llegada algo posterior de nuevos aportes de población arabófona (especialmente los árabes que llegaron con el ejército de base tribal sirio) y al prestigio social alcanzado por esta lengua al ser la variedad vehicular de las clases dominantes, por lo que su uso tendría una serie de ventajas sociales para sus hablantes. A todo ello hay que sumar el hecho de que el árabe sea la lengua sagrada del islam, religión que llegó a ser la mayoritaria de la sociedad andalusí.

La población de origen árabe a la que se ha aludido procedía de diferentes partes de Oriente, por lo que el árabe que hablaban no era una lengua homogénea sino diferentes variedades habladas en áreas de la Península Arábiga y del territorio que en la actualidad se conoce como Oriente Medio. Así, se han descrito características propias de los dialectos sirio y yemení en la formación del árabe andalusí, debido a que parte de los pobladores árabes pertenecían a tribus procedentes del sur de la Península Arábiga y de Siria. Ya en este primigenio panorama lingüístico andalusí encontramos la situación de diglosia que caracteriza a la lengua árabe, es decir, una variedad usada en la escritura y la liturgia, y la existencia de un grupo de diferentes variedades orales empleadas como lenguas de comunicación.

La formación del árabe andalusí

La gestación del árabe andalusí se produjo de manera similar a la de otras lenguas de tipo neoárabe, un grupo del que forma parte en su fase antigua, siendo los actuales árabes marroquí, árabe iraquí, árabe egipcio, etc. una fase moderna del mismo grupo de lenguas. Es decir, les diferencia que el andalusí desapareció como lengua de comunicación en el siglo XVII, mientras que las otras lenguas árabes vernáculas siguieron evolucionando hasta la época actual.

El árabe andalusí se formó, por tanto, debido a la interacción de varios elementos: las diversas variedades árabes traídas a la Península Ibérica en el siglo VIII, junto con elementos autóctonos como el bajo latín, primero, y el romandalusí, después. Esta última consistía en la lengua romance hablada por la población andalusí durante los primeros siglos y que tuvo una evolución diferente a las lenguas romances habladas más al norte debido al contacto continuo con una variedad árabe.



Fragmento del Diván de Ibn Quzmán, ed. de David de Gunzburg (1896). Biblioteca Digital de la AECID.


Esta realidad lingüística anterior a la llegada de los árabes, y sobre la que se instalaron, funcionó como substrato lingüístico y dejó una huella importante en el árabe andalusí. Hay que contar además con otra influencia lingüística llegada del Norte de África, la lengua bereber o amazig; en primer lugar, con la presencia entre los conquistadores de variedades bereberes habladas por las tropas de este origen y, más adelante, por la llegada de población berberófona durante los imperios Almorávide y Almohade, lo que supuso también la influencia sobre el andalusí de otros dialectos árabes magrebíes, sobre todo, el marroquí. Todo ello dio forma a una variedad árabe particular que lograría imponerse en toda la sociedad andalusí como lengua vehicular o de comunicación.

Además del elemento religioso y del prestigio social ya aludidos, otros factores contribuyeron al éxito de este proceso. Por un lado, la llegada de arabófonos procedentes de Oriente durante la época del califato ayudó a la expansión de la arabización y, por otro, la campaña de propagación de la variedad cordobesa promovida por el califa ‘Abd ar-Raḥmân III en el siglo X, que tuvo un gran éxito sobre todo en las ciudades, contribuyó a conseguir una cierta homogenización de las diversas variedades del árabe andalusí. Así, se formó una coiné más o menos unificada y prestigiosa que, a lo largo del siglo XI, logró imponerse en esta sociedad sin distinguir la religión de sus hablantes; es decir, era la lengua de comunicación para los musulmanes, los cristianos y los judíos de al-Ándalus. Con ello, el mayor número de hablantes de esta lengua se alcanzó en los siglos XI y XII.

Su prestigio social fue tal que llegó a convertirse en lengua literaria, un papel normalmente desempeñado en las sociedades arabo-musulmanas por la variedad clásica, llegando a los círculos cortesanos y a los palacios de los reinos de taifas. Incluso, en una época concreta, los andalusíes comenzaron a exportar cultura árabe hacia el Magreb, donde tenían una considerable influencia, convirtiéndose en una referencia cultural y en artífices de la arabización de parte de esa región.

Disponemos de documentación textual del árabe andalusí desde el siglo X y hasta el momento de la expulsión de los moriscos en el siglo XVII. Así, el primer uso conservado del andalusí en un documento escrito, que aparece en la crónica histórica al-Muqtabis V de Ibn Ḥayyān, se documenta en un verso del año 913 en el que un partidario del rebelde ‘Umar ben Ḥafsûn insulta al emir ‘Abd ar-Raḥmân III.

Existen también huellas de la variedad andalusí en la producción literaria, como los proverbios o la poesía, pues fue en al-Ándalus donde nació el género de la poesía estrófica que nos proporciona tempranas muestras de esta lengua. Este es el caso de las xaraǧât (estribillos escritos en árabe andalusí o bien en lengua romance de los poemas conocidos como muwaššaḥât) y el de los cejeles (poemas estróficos escritos completamente en árabe andalusí).

Entre los últimos ejemplos del uso escrito de esta lengua contamos con los documentos redactados por los moriscos de Valencia, en prosa y de uso privado, donde encontramos interesantes ejemplos de la lengua romance hablada en esta región oriental de la Península Ibérica, a causa de la práctica por esta población del code-switching andalusí-lengua romance.

Gracias a esta situación, el andalusí es el dialecto árabe medieval mejor documentado y, como consecuencia, se ha logrado describir su gramática y su léxico a pesar del consabido registro elevado que caracteriza a las fuentes escritas. Hoy día es considerado un elemento esencial en la historia de la lengua árabe y su dialectología, pues su mayor conocimiento demostró su conexión con el resto de dialectos hablados en la región del Magreb, abandonándose con ello la denominación previa que se le había dado (dialecto hispano-árabe). Todo ello ayudó a corroborar que al-Andalus, aun habiéndose constituido como una entidad política diferente con la llegada del omeya ‘Abd ar-Raḥmān I, siguió formando parte del ámbito lingüístico y cultural creado por la expansión imperial islámica.

Contactos entre el árabe y el romance en territorio peninsular

Durante los nueve siglos en los que la lengua árabe se habló en parte del territorio de la Península Ibérica, su estatus sufrió varios cambios debido principalmente a circunstancias extralingüísticas, pasando así por tres etapas diferentes: en primer lugar, entre los siglos VIII y X, podemos hablar de una situación de bilingüismo, donde el árabe era la lengua que tenía el prestigio social, mientras que la lengua proto-romance de la población autóctona era la más importante desde el punto de vista cuantitativo. Un segundo periodo, en el que el árabe andalusí se impuso como lengua dominante de comunicación entre los diversos grupos sociales y religiosos que vivían en al-Ándalus, llegando a vivirse una situación de monolingüismo árabe más o menos generalizado entre los siglos XI y XIII. Y una tercera y última fase, del siglo XIII en adelante, en la que, tras el avance de las conquistas cristianas y la reducción numérica de la población arabófona, se produjo otra situación de bilingüismo entre el árabe andalusí y las lenguas romances, pero esta vez con el árabe vernáculo como lengua minoritaria y sin prestigio social, mientras que la lengua dominante era diferente dependiendo de la región, pues el bajo latín había evolucionado ya hacia las diversas lenguas romances peninsulares.

La existencia de la primera situación de bilingüismo en al-Ándalus y su duración en el tiempo ha sido un tema muy controvertido en la literatura científica, ya que han aparecido numerosas teorías contradictorias entre sí, algunas de ellas muy polarizadas. La teoría más aceptada en la actualidad consiste en que la situación de bilingüismo vivida en al-Ándalus llegó a un nivel de interferencia tan profundo que dejó huellas en ambas lenguas. No obstante, la arabización de al-Ándalus, aunque fue un proceso lento y no exento de contratiempos, llegó a culminarse en el siglo XI, unos tres siglos después de la llegada de la lengua árabe a estas tierras. La variación dialectal siguió existiendo en forma de variantes regionales e incluso hubo núcleos aislados de hablantes de otras lenguas, sobre todo en las zonas rurales.


Reproducción facsímil de un fragmento del Vocabulista in arabico, según el códice de la Biblioteca Riccardiana de Florencia, edición de C. Schiaparelli (1871). Biblioteca Digital de la AECID.


En lo que concierne al árabe andalusí, las interferencias con la lengua romance existen a nivel fonético, prosódico, morfosintáctico y del léxico. Así, por ejemplo, su particular prosodia demuestra su idiosincrasia, pues es diferente de la de cualquier otra variedad árabe.

En cuanto a las lenguas romances, la interacción con el árabe andalusí se refleja también en la presencia de algunas interferencias que, aunque no muy numerosas en aspectos fonéticos y morfosintácticos, sí lo son en el campo del léxico, donde la huella es mayor.

Se han establecido dos tipos de influencias desde el árabe andalusí hacia las lenguas habladas en el norte cristiano. En primer lugar, de tipo directo gracias a los grupos sociales que vivieron entre las dos culturas peninsulares: la cristiano-occidental y la musulmana-oriental. Esta población estaba formada primero por los mozárabes (cristianos arabizados) de al-Andalus que empezaron a inmigrar hacia el norte peninsular desde los siglos IX y X y sobre todo a partir del XII, transformándose así en los principales transmisores de las interferencias lingüísticas hacia las lenguas habladas en los reinos cristianos.

Posteriormente, existió un segundo grupo de población que vivió entre las dos culturas, se trata del formado por los mudéjares, con el tiempo moriscos, quienes mantuvieron un contacto cotidiano con las lenguas romances en algunas ciudades, ya bajo poder cristiano. Ellos contribuyeron a la transmisión de estas transferencias, pero en una menor escala, a causa de su estatus social más bajo que aquel del que gozaron anteriormente los mozárabes, pues estos últimos venían de una cultura vista como superior, por lo que fueron imitados en muchos aspectos.

La segunda clase de influencias son de tipo indirecto y se trata de un contacto lingüístico más distante y esporádico, motivado, por ejemplo, por las relaciones comerciales, militares y políticas.


Ilustración de la traducción castellana del Kalila wa Dimna (siglo XIII). Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, ms. H-III-9, f. 11v (copia del siglo XV).


En cuanto al contacto entre las variedades escritas, las interferencias lingüísticas se produjeron mayoritariamente desde el árabe clásico hacia el latín y las lenguas romances, cuando estas se convirtieron en lenguas literarias. Este contacto se produjo principalmente a través de una importante labor de traducción de las obras árabes orientales y andalusíes y de las obras griegas traducidas anteriormente al árabe en la famosa Dār al-Ḥikma de Bagdad, que habían llegado a al-Ándalus en el equipaje de muchos viajeros que llegaban de Oriente. Así, por ejemplo, en la corte de Castilla, se tradujo todo el saber árabe al castellano, variedad vernácula que con Alfonso X el Sabio se convirtió en lengua literaria, y al latín, pasando de esta manera al resto de Europa. Como el castellano no era aún una lengua de cultura bien desarrollada, se necesitó crear muchos neologismos para expresar lo que había en esas obras árabes y griegas, y con ello las influencias lingüísticas penetraron en las lenguas romances y en el latín, sobre todo en forma de préstamos semánticos, conocidos como arabismos.

El declive del árabe como lengua de comunicación y su desaparición en la España moderna

Con el paso de los siglos y el avance cristiano hacia el sur, la situación lingüística de los mudéjares y moriscos se caracterizó por una nueva situación de bilingüismo, como ya hemos señalado anteriormente. Esta difiere en muchos aspectos de la que hemos descrito para la primera época de bilingüismo en los siglos anteriores.

Primero, en la importancia del fenómeno, ya que ahora fue menos extenso desde un punto de vista cronológico y geográfico. En segundo lugar, la lengua de prestigio social era diferente en los dos casos, pues en la primera etapa de bilingüismo lo era el árabe andalusí y en la segunda lo serían las lenguas romances. En tercer lugar, porque ahora hay que hablar más bien de un bilingüismo individual, mientras que el primero era un fenómeno desarrollado a nivel social. Es decir, ahora en muchos casos se trataba de algunos individuos que dominaban las dos lenguas y que eran útiles como intermediarios, los famosos trujumanes.

La desaparición de la lengua árabe en la Península Ibérica fue un proceso muy lento, a causa de la resistencia de la población musulmana a abandonar su lengua, una situación que encontramos incluso entre algunos cristianos. De esta manera, el árabe existió entre la población de la ciudad de Toledo incluso después de la conquista de la ciudad en 1085 por el rey Alfonso VI. Esta situación se prolongó hasta los siglos XII y XIII, es decir, se mantuvo el uso del árabe como lengua de comunicación de una comunidad cristiana, antiguos mozárabes toledanos, y bajo el poder de un rey cristiano, a causa de motivos relacionados probablemente con la identidad de grupo.

En todo caso, el retroceso de la lengua árabe no se produjo en todas las regiones de una manera similar, y así la situación en Castilla y Aragón no fue la misma que la de Granada y Valencia, siendo la vitalidad del árabe mucho más fuerte en las dos últimas ciudades. De esta manera, en la zona norte de la Península Ibérica, el árabe como lengua de comunicación desapareció hacia el siglo XIV, mientras que en las regiones meridional y oriental sobrevivió hasta finales del siglo XVI en Granada y hasta el momento de la expulsión de los moriscos, al principio del siglo XVII, en el Levante. Este hecho tuvo como consecuencia que parte de la población morisca llevara consigo la lengua árabe al territorio donde se instaló, es decir, a algunas regiones magrebíes, mientras que otros tuvieron que “re-arabizarse” allí, pues solo hablaban lengua romance.


Para ampliar:

·         Corriente, Federico, 1992. Arabe andalusí y lenguas romances. Madrid, Editorial MAPFRE.

·         Corriente, Federico, Christophe Pereira & Ángeles Vicente, 2015-2022. Encyclopédie Linguistique d’Al-Andalus, 5 vols. Berlín, De Gruyter.

·         Vicente, Ángeles, 2006. El proceso de arabización de Alandalús: Un caso medieval de interacción de lenguas. Zaragoza, Instituto de Estudios Islámicos y del Oriente Próximo.

·         Wasserstein, David, 1991. “The language situation in al-Andalus”. En Studies on the Muwaššaḥ and the Kharja: Proceedings of the Exeter international colloquium, 1–15. Oxford, Ithaca Press.

 

martes, 29 de julio de 2025

CAMARONES A LA PARRILLA

 

CAMARONES A LA PARRILLA

Salsa

1 taza de mayonesa

1/3 de taza de kétchup

¼ de nata fresca

1 cucharadita de jugo de limón recién exprimido

1 cucharadita de vinagre de sidra

1 cucharadita de azúcar moreno

¼ de cucharadita de sal al gusto1 pizca de pimienta cayena

½ cucharadita de salsa Worcestershire

2 cucharadas de cebolla muy picada

2 cucharadas de perejil fresco muy picado

 

Camarones a la parrilla

1 cucharada de aceite de oliva

½ limón exprimido

1 k de camarones pelados, y desvenados, con las colas intactas

1 cucharadita de sal

1 pizca de pimentón ahumado

 

Ensalada

1 el corazón de una lechuga romana, picada

8 tomates Cherry, cortados por la mitad

1 aguacate pelado, sin hueso y cortado en rodajas finas

4 huevos duros, cortados por la mitad

 

Elaboración

Colocamos la mayonesa, el kétchup, la nata, 1 cucharadita de jugo de limón, el vinagre de sidra, el azúcar moreno, el pimentón, la sal, la pimienta cayena, la salsa Worcestershire, la cebolla, y el perejil, todo en un bol. Batimos muy bien hasta que todos los ingredientes estén bien integrados, tapamos con papel film y guardamos en el frigorífico durante 2-3 horas.

Rociamos los camarones con aceite de oliva y el jugo de medio limón justo antes de asarlos. Espolvoreamos con sal y pimentón ahumado, removemos bien hasta que los camarones queden bien cubiertos.

Precalentamos una parrilla eléctrica, y engrasamos la superficie de la misma. Asamos hasta que los camarones estén rosados y la carne opaca, aproximadamente 2 minutos por cada lado. Lo quitamos de la parrilla y ponemos en jun plato a enfriar, hasta que los camarones estén fríos, aproximadamente 30 minutos. Podemos retirar las colas de Camarones o dejarlas,

En tazones repartimos la lechuga romana, colocamos encima los tomates Cherry, las rodajas de aguacates y las mitades de huevos cocidos. Sazonamos con sal y pimienta. Vertimos un cuarto de taza o media taza de la salsa sobre las verduras y cubrimos con los camarones y las cebollas picadas. Rociamos con mas aderezo de la salsa sobre los camarones, si lo desea,

¡Buen provecho!

 

viernes, 25 de julio de 2025

FONTAINEBLEAU DE CEREZAS

 

FONTAINEBLEAU DE CEREZAS

Aprovechemos la temporada de cerezas. Me encantan los frutos rojos, pero las cerezas en casa se consumen mucho y como son tan versátiles, pues aquí os pongo una receta para 4 personas, con cerezas. Que espero que la probéis de hacer. Es un postre delicioso y sabroso.

 

Ingredientes

300 gr de requesón escurrido

200 gr de nata para montar

60 gr de azúcar moreno de caña

500 gr de cerezas

1 cucharada de miel

 

Elaboración

Deshuesamos las cerezas, previamente bien lavadas.

Calentamos la miel en una cacerola y añadimos 2/4 partes de las cerezas deshuesadas.

Cocinamos durante 15 minutos a fuego lento, removiendo con frecuencia.

En un bol, batimos la nata con el azúcar moreno, hasta que esta forme picos. Incorporamos a la nata montada el requesón con una espátula de silicona, con movimientos suaves de abajo hacia arriba, hasta que veamos que los dos ingredientes se han incorporado.

Colocamos la compota de cerezas en el fondo de los cuencos o vasos y cubrimos con la mezcla de requesón y nata. Yo metí en el frigorífico 1 hora, para tomar fría

Decoramos con cerezas deshuesadas,

Servir frio.

¡Buen provecho!




CERDO AL WHISKY

 

CERDO EN SALSA DE WHISKY

Ingredientes

1 solomillo de cerdo cortado en filetes

6 dientes de ajo. Sin pelar y machacados

2 cucharadas de como de limón natural

1-2 cucharaditas de harina

240 ml de whisky

240 ml de caldo de pollo

Aceite de oliva virgen extra

 

Elaboración

Sazonamos los filetes de solomillo de cerdo con sal y pimienta negra recién molida.

En una sartén grande, agregamos aceite de oliva, suficiente para cubrir el fondo, y calentamos a fuego medio-alto.

Una vez caliente el aceite, añadimos los dientes de ajo machacados y sin pelar, y los filetes de solomillo de cerdo. Doramos la carne por ambos lados al gusto.

Retiramos la carne de la sartén y la reservamos.

Bajamos el fuego de la sartén a medio y añadimos el zumo de limón natural a la sartén, removiendo enérgicamente. Mezclamos la harina y el whisky en una taza grande y luego lo vertimos en la sartén, batiendo constantemente, mientras se cocina durante un par de minutos.

Añadimos el caldo. Dejamos cocer a fuego lento, removiendo de vez en cuando, hasta que la salsa espese, podemos añadir mas harina si fuese necesario.

Cuando la salsa haya espesado a nuestro gusto, agregamos la carne nuevamente a la sartén y calentamos hasta que esté bien caliente.

Servimos sobre patatas fritas para un mejor resultado.

¡Buen provecho!




 

MERLUZA A LA ASTURIANA CON SIDRA

 

MERLUZA A LA ASTURIANA CON SIDRA

Receta saludable, llena de nutrientes, perfecta para un almuerzo. Para disfrutar de este plato al máximo, necesitas un buen pan para mojar en su exquisita salsa.

 

Ingredientes

4 lomos de merluza

12 gambas o langostinos pelados

16 almejas

100 ml de sidra

300 ml de caldo de mariscos

2 dientes de ajo

1 cucharadita de pimentón

200 gr de tomate triturado

Aceite de oliva

Harina

Pimienta negra recién molida

Sal

azafrán

 

Elaboración

Cubrimos las almejas, en un bol con agua con sal durante 40 minutos, para que suelten la arena. Transcurrido el tiempo de reposo, las escurrimos y reservamos.

Luego salpimentamos los lomos de merluza, rebozamos con harina y reservamos.

En una sartén, vertemos un chorrito generoso de aceite de oliva, calentamos a fuego medio-alto para dorar la merluza, cocinándola por 2 minutos por cada lado. Esto le dará un sabor más intenso. Reservamos.

Reducimos el fuego a medio y añadimos el ajo cortado en rodajas, sin dorarlo demasiado, y añadimos el pimentón para cocinarlo unos segundos. Finalmente añadimos el tomate triturado y cocinamos bien hasta obtener una pasta de tomate llena de sabor.

Colocamos los lomos de merluza sobre la salsa de tomate para añadir después la sidra y las almejas.

Agregamos el caldo de marisco caliente, añadiendo después las hebras de azafrán para crear una agradable infusión.

Una vez que las almejas se hayan abierto después de 5 minutos de cocción, agregamos las gambas o langostinos y cocinamos durante 8 minutos más a fuego lento.

Servir los filetes de merluza asturiana a la sidra bien caliente. No olvidéis el mojete en la salsa con buen pan.

¡Buen provecho!

 

 

ibn al-labbaba, poeta de la corte de sevilla - siglo xi

 


IBN AL-LABBANA, POETA DE LA CORTE DE SEVILLA – SIGLO XI

by Elisa Simón


En este artículo los quiero acercar a uno de los poetas andalusíes más sobresalientes del siglo XI. Su nombre era Abu Bakr ibn Isa ad-Daní, más conocido con el sobrenombre de: 

Ibn al-Labbana, «el hijo de la lechera». 

Nació en Denia hacia 1044 en el seno de una familia humilde. De su padre sólo se sabe su nombre, ´Isa, al parecer su madre enviudó muy joven con dos hijos pequeños a los que crió ella sola. Ella consiguió una posición económica suficiente, para que sus hijos pudieran estudiar. Les dio una buena educación con el esfuerzo de su trabajo como lechera. De esta manera sacó a sus hijos adelante, quienes aunque no pudieron contar con la enseñanza de prestigiosos maestros, sí aprendieron los conocimientos fundamentales como lengua, bellas letras, poesía, etc. 

La ausencia de la figura paterna se reflejará en su poesía y marcará su carácter, buscando siempre una persona que lo proteja, era una ser muy sensible, casi frágil. sentiría que lo infravaloran, sólo encontró llenar el vacío de su padre, cuando estuvo en la corte de Sevilla del rey al-Mu´tamid. 

Ibn al-Labbana sintió preferencia por la poesía y su hermano se enfocó más bien hacia el comercio. Acerca de su aspecto físico sólo sabemos que era bajito y flaco. Debido a su difícil infancia, su carácter se fraguó en la realidad de la vida, sin grandes ambiciones. Buscaba en sus mecenas una protección paterna, ofrecía su sincera amistad, su forma de ser sencillo, franco, con fuertes valores.  

Era un hombre tranquilo, que basaba su relación con los demás en la fidelidad y gratitud. Deseaba ser aceptado y tratado tal como era él. 

Yo soy como el espejo brillante y sincero, 

y reconozco a la gente de la misma manera, 

que ellos lo hacen conmigo. 

Yo soy como el agua

que muestra su color 

como aquella que se encuentra debajo. 

Infancia en Denia 

Cuando ellos vivían en Denia gobernaba Alí Iqlab al-Dawla, el hijo de Muyahid, quien no sólo había expandido sus dominios hasta incluir las Islas Baleares, sino que convirtió a al-Daniyya en un enclave comercial y marítimo importante en el Mar Mediterráneo. Los barcos de la flota de Denia compartían el espacio con los genoveses, venecianos, alejandrinos, etc.  El comercio de todo tipo de productos y el intercambio cultural llenaban aquellos navíos, que surcaban el Mediterráneo de punta a punta.  

A la edad de veinte años, ibn al-Labbana decidió dejar su ciudad natal hacia 1064.

Inicio de su periplo por Al-Andalus 

Comenzó así un viaje por al-Andalus en busca de un mecenas a quien dedicar su poesía. Recaló primero en la taifa de Almería, donde reinaba al-Mu´tasim, poeta y amante de la belleza, hombre de paz, que se rodeó de poetas y sabios. Ibn al-Labbana logró entrar en su corte de poetas, debiendo dar lo mejor de sí para estar a la altura de las exigencias de al-Mu´tasim. Entre los poetas cortesanos había una cruda competencia, la envidia de uno hizo que ibn al-Labbana decidiera dejar aquella corte antes del año 1069.  

Se dejaba seducir por la belleza en todas sus acepciones. Le gustaban las mujeres y hombres hermosos, le gustaba los placeres de las fiestas, el vino, la música.  

Intentó suerte en la taifa de Sevilla. Sin embargo, llegó en el peor momento. Al-Mu´tadid vivía su último año, atormentado y enfermo, no fue capaz de ver en el poeta de Denia su potencial. Por lo que prosiguió su viaje por al-Andalus hasta que llegó a la taifa de Badajoz, justo cuando al-Mutawakkil había asumido el gobierno en el año 1072. Allí fue acogido, se le reconoció su valía. Durante un tiempo se sintió cómodo, manteniendo una buena y cordial relación con el rey.  A lo largo de unos diez años permaneció ibn al-Labbana al servicio de este rey componiendo versos en su honor. A lo largo de esos años sus conocimientos fueron aumentando y él fue madurando como poeta. 

Una vez más, ibn al-Labbana fue víctima de la envidia de ciertos cortesanos, que hicieron lo imposible por enfrentarlo al rey, hasta que éste le retiró su amistad y dejó de pagarle. El poeta entró en problemas económicos, por lo que casi sin dinero abandonó la taifa y decidió volver a probar suerte en Sevilla. 

Ibn al-Labbana llega a la taifa de Sevilla 

Llegó a la corte hacia el 1078, cuando gobernaba al-Mu´tamid, el poeta que reinó en Sevilla. Se inició así los momentos más intensos y cruciales en la vida de ibn al-Labbana. No sólo fue poeta al servicio del rey, sino que fue su amigo fiel hasta el fin de sus días. 

La amistad entre el rey de Sevilla, al-Mu´tamid, e ibn al-Labbana fue in crescendo, quizá porque cuando ingresó a la corte, contaba con un estable grupo de poetas de alto nivel, como ibn ´Ammar o ibn Wahdun, entre los cuales él aún no destacaba. En un inicio en un segundo plano, siguió aprendiendo y madurando en los conocimientos y arte de la poesía. El poeta de Denia se caracterizó por su discreción,  en un inicio. Sin embargo, en la corte sevillana terminó de forjarse el poeta, allí rodeado de los mejores siguió aprendiendo y madurando tanto como poeta como persona. Se sentía cómodo en la corte de Sevilla, había encontrado su lugar y su entorno. El trato con el rey se fue estrechando, demostrando una firme fidelidad hacia los banu ´Abbad. El tiempo de disfrute y tranquilidad no duró mucho, ya que los acontecimientos políticos y económicos no lo permitieron. Ibn al-Labbana, vivió junto al rey las intrigas de la corte y la traición de ibn ´Ammar, amigo, compañero, poeta, visir, hombre de suma confianza del rey al-Mu´tamid. La única vez que se sabe de un arrebato de furia fue cuando el rey supo de la traición de Ibn ´Ammar. Su violenta reacción fue acabar con su vida con tus propias manos. Poco tiempo después, ocurrió la conquista cristiana de Toledo por el rey Alfonso VI en el año 1085. Dicho acontecimiento desencadenó una serie de decisiones, buenas o menos buenas, que diseñaron el devenir de la taifa de Sevilla y la vida del rey al-Mu´tamid. El dilema y final decisión de pedir apoyo militar a los almorávides, abrió las puertas de al-Andalus a un inmenso contingente de beréberes bajo las órdenes de Yusuf ibn Tashufin. Sonada fue la victoria andalusí con ayuda almorávide de la batalla de Zallaqa en las afueras de Badajoz, en el año 1086. En aquella ocasión, Ibn al-Labbana luchó junto al rey, sable en mano como el más valiente.

No había entre tus manos, durante la batalla, 

más que yo, los sables y las lanzas

que se rompían contra las armaduras. 

Unos años después fue testigo del lamentable episodio del sitio de Aledo, en Murcia, donde quedó en evidencia la desunión de los reyes taifas. El rey al-Mu´tamid hizo lo imposible por evitar que Yusuf ibn Tashufin se diera cuenta de los entresijos políticos entre las taifas. La incapacidad de los dirigentes andalusíes, provocó que sólo un año después, en el 1090, las tropas almorávides cruzaran el Estrecho por tercera vez y esta vez para destronar a todos ellos y salvar así la unidad de al-Andalus.

En Septiembre del 1091 a ibn al-Labbana se le rompió el corazón, cuando vio que al-Mu´tamid no tuvo otra salida que rendirse ante los Almorávides. Uno de los poemas más famosos de ibn al-Labbana describe aquella despedida del rey al-Mu´tamid y su partida como prisionero hacia el Magreb. Una vez establecidos los almorávides en la Península, muchos poetas no encontraron lugar donde seguir escribiendo sus poemas, ya que los nuevos dirigentes no sentían ningún interés en la literatura y mucho menos en la poesía.

Ibn al-Labbana después del rey al-Mu´tamid 

Cada poeta buscó su refugio donde pudo y como pudo, y eso le ocurrió a ibn al-Labbana, que sentía un enorme pesar por la situación de su amigo el ya depuesto rey al-Mu´tamid, que ahora era un prisionero en Aghmat, al sur de Marraquech. Le envió al rey el siguiente poema:

Cuando pienso en los tiempos de luz luminosa, 

que ya ha pasado, 

la luz del día se vuelve oscura. 

Me asombra que el cielo hace aparecer sus estrellas, 

mientras que la luna está en eclipse. 

Aunque la catástrofe haya sido grande, 

tus virtudes las son más aún. 

Tu eres como una lanza, que ha perforado tanto, 

que se ha roto 

como el sable que ha golpeado tanto, 

que se ha roto

Que las nubes lloren lágrimas por los banu ´Abbad

Muhammad y sus hijos

Es tan agradable a mi corazón decir: 

quizá sus moradas se acerquen a las nuestras, quizá. 

Hacia el 1092 ibn al-Labbana decidió emprender el duro viaje hasta allí para visitarlo. 

Se sabe que permaneció un tiempo junto al rey, se estableció en Aghmat y visitaba a al-Mu´tamid en su celda. No queda claro en las fuentes si el poeta de Denia vivió allí hasta la muerte del rey o si se marchó antes. 

Se cuenta que, cuando ibn al-Labbana le dedicó un poema a quien fuera su señor, al-Mu´tamid ordenó que se le entregara 20 monedas de oro y dos trajes como recompensa por las poesías. El rey al-Mu´tamid compuso para la ocasión un poema excusándose del poco valor de los regalos. Sin embargo, ibn al-Labbana, rechazó los regalos, aludiendo que aquellos versos los hizo desde la amistad, no con la intención de recibir algo a cambio. 

La cuestión es que cuando el rey al-Mu´tamid murió en el año 1095, su poeta amigo quedó sin consuelo. Nunca se recuperó de esa pérdida, no sólo lamentaba la muerte del rey, sino la imposibilidad de volver a vivir el tiempo de felicidad que disfrutó en Sevilla, los días de paz y gloria, en una elegía lo expresó así:

Es el fin de la tierra y de sus habitantes: 

la tierra no es más que un desierto, 

la gente no son más que cadáveres. 

Dile a la gente de este mundo, 

a los de allí abajo, 

que el espíritu del mundo superior 

está confinado en Aghmat. 

Solo, sin rumbo en el Magreb, viajó a Bugía donde reinaban los banu Hammad. Allí vio, con gran tristeza, las pésimas condiciones en las que vivían los que un día habían sido los señores de Almería. Tanta carga emocional lo forzó a continuar su camino, atravesó el Estrecho de Gibraltar, regresando a al-Andalus de los almorávides. Deambuló por algunas ciudades, como Almería, donde vivió un tiempo y al parecer allí escribió algunos libros relatando la historia del rey al-Mu´tamid y la de los banu ´Abbad. Lamentablemente dichos libros se han perdido.

Sevilla parecía una tierra cubierta de antorchas, 

cuyas flores surgían de los espíritus que la iluminaban. 

En la orilla de su río, había jardines esparcidos 

entre colinas cubiertas de olmos que daban sombra. 

Escribió un segundo poema de 56 versos donde expresa el vacío que le dejó la partida del rey

El dolor de los que fueron cubiertos

de la generosidad y la virtud de los banu ´Abbad. 

Todo ha terminado para el poeta, 

el soldado debe entregar sus armas 

y regresar a sus pagos, 

aquellos que buscan ayuda y seguridad 

deben encontrarla desesperadamente … 

… no nos queda más remedio 

que pedir ayuda a Dios, 

aquellos tiempos pasados, 

cada día era un día de fiesta y disfrute. 

Ellos eran la montaña, con sus cuevas, grutas, 

para aquellos que buscaban abrigo: ellos eran la llanura 

para aquellos que buscaban la fertilidad 

Qué malvado universo que nos ha torturado, 

no fueron, sin embargo, incrédulos !  

Ibn al-Labbana en Mallorca 

Hacia el año 1096 encontró su nuevo lugar en la única taifa que aún sobrevivía libre del dominio de los almorávides, la taifa de Mallorca. 

Allí gobernaba Nasir al-Dawla Mubassir ibn Sulayman, un antiguo esclavo de al-Mu´tarda, quien se alzó con el poder a la muerte del rey.  Ibn al-Labbana fue acogido con generosidad. Para entonces ibn al-Labbana era un hombre maduro, su poesía y sus conocimientos fueron muy valorados en aquella corte, también por haber sido poeta de la corte sevillana. Eso suponía un gran prestigio. A pesar de todo ibn al-Labbana sentía una profunda tristeza, un inmenso vacío en su interior que nadie podía llenar. Volcó aquellas emociones en versos y poemas de gran calidad.

Se quejaron contigo hasta el sol y la luna

y las estrellas más bellas empezaron a esparcirse

el viento soplaba sin exhalar aroma,

y el jardín aparecía sin el rocío que cubría sus flores

la umbrosidad había desaparecido, para nosotros esta primavera,

y el jardín estaba a punto de arder por el calor

el agua era escasa, no manaba ya el manantial,

ni fluía el río en su lecho …

Su poesía de elogio al príncipe esta llena de expresiones artificiales e hipócritas. Sus versos de amor, al vino y a los amigos tenían una técnica y estilo magníficos, sin embargo, estaban vacío de alma, sin pasión. 

Un poema dedicado al rey de Mallorca, Nasir al-Dawla Moubassar describe la fiesta de Nayrouz, que era la celebración del Año Nuevo en al-Andalus, se hacía una fiesta con intercambio de regalos.

El amor, que estaba apagado, volvió a ella,

cuando los pájaros rompieron a cantar y lloró

me recordaba mi juventud, aquella paloma que zureaba,

envuelta en una de sus alas;

las gotas de rocío la habían mojado

y sacudía sus plumas como si fuesen un chal de brocado;

bajo su color gris, las ramas tiernas brotan

sobre las grandes dunas;

la brisa le da a beber su vino, y embriagada,
se tambalea y zurea;

Es igual que aquélla que alegra mi corazón,

allí donde se encuentre;

me daba a beber el vino de su saliva,

y me lo representaba con la frescura de las margaritas de sus dientes

¡Oh aquél que alancea a los caballeros en el combate,

cuando le alancean senos, debe arrojar las armas!

¡cuando atacan negras pupilas,

nada pueden hacer las blancas espadas!

Nada queda en mí sino el recuerdo de aquella mirada perversa,

que sin embargo, encerraba un bien;

¡Gracias a Dios, soy un hombre que se ha arrepentido

de todo, menos de amar a las bellas!

En otro fragmento del poema hace alusión a la fiesta de Nayruz, 

Si aún tuviese el vigor de mis años mozos, 

no dejaría pasar el día de Nayruz, sin beber hasta el amanecer;

es un día suave y poético, cuya blancura se extiende ya,

sobre los alcores y los valles;

es un día en el que juegan las muchachas

y se contonean como las ramas bajo el soplo de la brisa;

cuando se sientan, parecen colinas sobre tierra húmeda,

cuando caminan,

parecen antílopes en el aprisco;

tienen cuellos esbeltos, y sus vestidos,

con ceñidores, arrastran largas colas;

son, a la vez, cultivadas y silvestres,

sus rostros son, a la vez, serios y alegres;

silenciosas, en su interior, hay una voz que

habla y grita por ellas;

cada una tiene un cumplido caballero como servidor,

de rostro vergonzoso y corazón desvergonzado;

no tienen miedo a las heridas del combate,

pero las miradas hieren sus rostros;

la espada es fuego, la loriga, agua,

entre los dos extremos, está el acuerdo.

En otro poema dedicado al soberano mallorquín en ocasión de otra fiesta pagana que se celebraba en al-Andalus, el Mihrayan o solsticio de verano. 

¡Bienvenido sea el día de al-Mihrayan! 

¡Como tú lo celebras, es un día lleno de esplendor!

Sobre la bahía hay una flota tan numerosa 

como sus aguas

¡Ambas son desbordantes!

Vuelan las hijas de la mar, las naves;

sus plumas son como las del cuervo,

pero en realidad son halcones;

van los hijos de h guerra sobre las naves

que corren como corceles ganadores;

llenan guerreros armados sus puentes y bodegas

y así parecen nubes cargadas de lluvia;

se sumergen en la Bahía navegando

y parecen las camellas de un espejismo;

Es maravilloso, yo no imaginaba antes de verlas,

que los barcos pudiesen ser feroces leones;

agitan los remos hacia ti, 

como de un ojo que parpadea ante el espía indiscreto,

o como los cálamos del escriba real, que traza

sus alargados rasgos sobre el papel.

Una vez más, afloraron las envidias y los celos dentro de la corte y nuestro poeta comenzó a sentirse incómodo. Se lo acusaba de excederse en las fiestas, incumpliendo así la ley del Islam. Le dedicó este breve poema a sus enemigos: 

Digo ¡Hola!, pero es un adiós;

me quiero engañar, pero es inútil;

Yo tranquilizo a mi corazón,

dejándole creer que logrará sus deseos,

pero no se tranquiliza;

dejo a mis vecinos y digo

“Me han perdido, pero qué hombre han perdido!”

No han estimado mi valor, ni mi literatura.

¡Ni mi pluma ni mi espada eran suficientemente largas!

Los días me han vendido muy barato,

yo creía que los tesoros no se vendían.

Después de varias rencillas, decidió abandonar Mallorca, terminó escribiendo estos versos a Mubassir: 

La lluvia suave que cae en el río.

termina siendo torrente;

huyo, aunque Mallorca se convirtiese

en Egipto y tus dones, en el Nilo.

sin embargo, la muerte lo encontró antes de poder marcharse. Había cumplido unos 70 años, fue enterrado en la isla junto a abu al-Arab as-Siqillí. 

Su gran sensibilidad, sus valores, como la amistad, la lealtad, la fidelidad no encajaban en una sociedad frívola e hipócrita que intentaba sobrevivir el eclipse de la poesía y literatura que vivió al-Andalus bajo el Imperio Almorávide. 

La Poesía de ibn al-Labbana 

Realizó sus estudios de primaria y básico tanto en ciencias como literatura, poseía una cualidad innata, un talento natural, para la creación de versos. 

En su poesía no vemos expresiones eruditas, ni composiciones complicadas, ni metáforas o expresiones sofisticadas. sin embargo, eso no significa que su valor poético sea pobre. El dominio literario que poseía era el suficiente para guiarlo en el camino de la buena poesía y se ganó así un lugar preeminente entre los mejores literatos. 

El aprendizaje y experiencia que fue adquiriendo junto a los literatos en las diversas cortes, hizo que se desarrollara sus conocimientos que más tarde le sirvieron para redactar obra de historia de la literatura y ejercer como profesor de literatura. 

Sus versos están llenos de naturalidad, de espontaneidad, se expresa en versos sin artificios.  

 

BIBLIOGRAFÍA: 

–Biblioteca de al-Andalus, vol. V, Fundación Ibn Tufayl de estudios árabes

–«El poeta ibn al-Labbana de Denia en Mallorca» de María Jesús Rubiera de Epalza, Bolletí de la Societat Arqueológica Juliana nr. 39 (1983) ppgg. 503-510 

–Poetas árabes del País Valenciano, Margarita Lachica, Universidad de Alicante 

–Papers de Benissa, Cuaderns de Cultura Benissença, «Un benissero ilustre: el poeta árabe ibn al-Labbana» de María Jesús Rubiera de Epalza. En archivo pdf 

–«La vie litteraire a Sevilla au XIe siecle», Salah Khalis  – SNED Editions Nationales Algeriennes 

–«Al-Mu´tamid y los Abadíes, El esplendor del reino de Sevilla», Pilar Lirola Delgado – Fundación Ibn Tufayl de estudios árabes

–«Esplendor de al-Andalus», Henri Pérès – libros Hiperión  

–«Al-Mu´tamid ibn ´Abbad – Poesías, María Jesús Rubiera Mata – Instituto Hispano-Arabe de Cultura – Madrid 1987