domingo, 13 de diciembre de 2020

EN EL VERANO DE 1039, IDRIS I AL-MUTA'.AYYAD, DERROTO A LOS ABBASSIES DE LA TAIFA DE SEVILLA EN LA BATALLA DE ÉCIJA

 EN EL VERANO DE 1039, IDRIS I AL-MUTA'AYYAD, DERROTÓ A LOS ABBASSIES DE LA TAIFA DE SEVILLA DE EN LA BATALLA DE ÉCIJA.

Artículo de Rafael Aldehuela (06 de noviembre de 2011)

En el año 1026 de la Era Cristiana, Yahya I al-Mu´tali, un bereber que era Califa de Córdoba fue expulsado de su trono y uniendo Málaga y Algeciras, formó la Taifa de Málaga.

Era amigo de los seguidores de Zawi ben Ziri, el mercenario que sirvió a Almanzor y que fundó la Taifa de Granada dando origen al mandato de los ziries, lo que le valieron grandes apoyos y a poder autoproclamarse Califa de Málaga.

Anduvo siempre peleado con los abbassies de la Taifa de Sevilla, incluso les conquisto Carmona, pero se murió en 1035 y su desaparición dividió la Taifa en dos partes, la de Algeciras que gobernó su sobrino Muhammad ben Al Qasim y la de Málaga que quedó en manos de su hijo Idris I al-Muta'ayyad.

Éste siguió en peleas con los sevillanos hasta que en batalla les derrotó en Écija, en el verano del año 1039, pero al poco, de repente, también se murió.

Después llegó a este reino de Málaga, Yahya II al-Qa´im, que duró poco en la Taifa porque su tío Hasan al-Mustansir le arrebató el trono conspirando contra él.

Era el año de 1040 cuando este vil reyezuelo comenzó a gobernar. Desde el primer instante sentí en mí su desprecio y su rencor.
Yo, un hispano, hijo de una de las familias mas poderosas de la antigua Malaca, de aquellos aguerridos y bravos hombres que gobernaron estas tierras antes de que estos musulmanes nos las arrebataran por la fuerza, no podía en modo alguno permitir tanta altivez y desprecio frente a mí y frente a los míos.

Nosotros, los eslavos, los hijos de los vándalos que un día, por causas del azar, gobernamos estos lugares, somos gentes de honor que siempre amará a nuestra madre patria. Siempre fuimos generosos con los vencidos y desde entonces, siempre hemos sido fieles a los vencedores a quienes a nuestro pesar, desde entonces, siempre hemos servido. Soy un muladí, un vandalo que acepto las leyes del Islam, su religión y hasta su lengua, para gozar de los mismos derechos que cualquier árabe, como mis hermanos mozárabes, que al igual que nosotros respetan a los invasores aún conservando la religión de los cristianos dentro de los territorios dominados.

Nosotros, los vándalos, somos los que dimos origen al nombre de todas estas tierras que llaman de Al Andalus. Pese a nuestro origen guerrero y mercenario, somos gente que nunca gustó de peleas entre hermanos, por eso, cuando nuestros antepasados se sortearon estas tierras para vivir en ellas, se asentaron con sus vandalenhaus que significa en la lengua que antes yo hablaba «casa de los vándalos», después el uso acabó llamándolas andalaus y cuando los romanos, antes que estos árabes, nos invadieron, expulsaron a los nuestros hacia África, donde se le conoció como los «hombres que venían de Al-Andalus. Por eso, cuando años después invadieron nuestra tierra, ellos sabían que estaban invadiendo Al-Andalus, la tierra de mis antepasados.

Pero yo siempre me quedé en esta tierra que nadie anterior a mí quiso abandonar, esta nación que un día perteneció a mis antepasados, aquellos a quienes los romanos llamaban bárbaros y que se repartieron este territorio por sorteo.

Me contaron que cuando se derrotó al Imperio Romano y este se derrumbó, un día del verano del año 411, se llegó a un pacto y mediante suertes se determinó que a Gallaecia le corresponderían los suevos y vándalos asdingios, a Lusitania los alanos y a Bética los vándalos silingios, es decir, mis antepasados.

Quiso la suerte que fuera así y me da qué pensar si el sorteo hubiera deparado al revés… ¿cuál hubiera sido entonces la historia de mi patria?, una pregunta que nunca tendrá respuesta, pero que muy bien podría haber hecho que todo hubiera sido distinto a como en realidad hoy es.
Por eso, por honor, yo Naya al-Siqlabi, me alcé en armas contra el villano y me convertí en rey, aunque por aquí me llamen régulo y todo el mundo me conozca como El Usurpador.

He confiado en Idris al-Alí, un hammudí que no me ve como rey y sé que planea matarme, porque quiere ocupar mi lugar. Esta Corte está llena de conspiradores árabes que nunca me han visto ni me verán como uno de los suyos.

Puede que sea un usurpador, puede que un día la Historia me conozca como Naya al-Siqlabi el Usurpador, pero sólo quise honrar a los míos y vivir con el debido honor, ese que nunca debió de arrebatarse a los vencidos…»

En el año 1026, el Califato de Córdoba se derrumbó originándose con su caída un incontable sin fin de pequeños reinos que la Historia ha conocido como Taifas.

Naya Al-Siqlabi fue un eslavo, término como se conocía entonces a los descendientes de los antiguos visigodos de Hispania, que se alzó en armas por honor y poder contra uno de los reyes, Hassan al-Mustansir, de la Taifa de Málaga.

Incomprensiblemente siguió rodeado de aquellos que habían servido al rey que él había derrocado. Fue Idris II al-Alí, hermano del depuesto Hassan quien cruelmente, un año después, terminó asesinándolo. Un año, el de 1041, en el que Málaga volvió a ser gobernada, en pleno periodo árabe, por alguien descendiente de cristianos, por un visigodo, de esos que un día consiguieron conquistar toda la Bética por reparto.
Puede que Naya tuviera un reinado efímero, pero murió feliz por reconquistar la tierra de sus antepasados…
Nunca fue un usurpador

LA BATALLA DE SIERRA ELVIRA O " EL DESASTRES DE LA VEGA DE GRANADA "

 

LA BATALLA DE SIERRA ELVIRA O "EL DESASTRE DE LA VEGA DE GRANADA"

"Granada, quieta y fina, ceñida por sus sierras"

 Federico García Lorca


No habían pasado más que unos meses desde la coronación en Granada de Ismail I cuando tuvo que hacer frente a enemigos extranjeros. Los infantes castellanos Pedro y Juan acordaron tras las Cortes de Medina del Campo de 1318,  entrar en la Vega de Granada para finalizar la Reconquista, y establecieron que las fuerzas a sus órdenes se reunirían para ello en la ciudad de Córdoba en el mes de junio de 1319. A petición del infante Pedro, el papa Juan XXII concedió el carácter de cruzada a la expedición contra el reino de Granada, y también le concedió las tercias y las décimas de los diezmos que se recaudaran en Castilla, a condición de que no rubricase ningún acuerdo de paz con los musulmanes. Por su parte, el rey Jaime II de Aragón, yerno del infante Pedro de Castilla, también planeó hacer dos campañas sucesivas contra los musulmanes granadinos pero no para conquistar ningún territorio, sino devastar el de sus enemigos y causarles el mayor daño posible con un hipotético ejército de 32.000 hombres, y aunque el papa le concedió las mismas prerrogativas que al infante Pedro respecto a la cruzada, a Jaime II le parecieron insuficientes y se abstuvo de participar en la expedición.

El infante Don Pedro quebrantaba así la tregua que había acordado con el rey nazarí Ismail I con la excusa de que actuaba así por temor al pontífice y a la excomunión, no sin antes devolverle las parias que le habían entregado desde Granada. Por su parte, el reino nazarí envió embajadores al sultán de Fez para que sus tropas les ayudaran en su lucha contra los castellanos, quién alegó que su hijo se había rebelado contra él y que no podía ayudarles. El célebre historiador musulmán Ibn Jaldún afirmó que fueron precisamente las rebeliones del hijo del sultán de Fez contra su padre las que animaron a los castellanos a atacar el reino de Granada.

Pronto las tropas cristianas fueron divisadas desde "la chimeneilla", una torre en la cumbre del Mencal. El rey nazarí, conocedor del peligro que le acechaba, encomendó a su principal valedor y antiguo visir del depuesto Nasr, Osmán, una expedición de castigo que salió por el río Cubillas en dirección a Guadix. Ambas fuerzas se encontraron en el municipio de Guadahortuna, a orillas del río Fortuna, ya que las tropas cristianas se encontraban allí descansando bajo la sombra de frutales y álamos de una calurosa mañana. Al anochecer el combate cesó, momento para valorar las bajas: los cristianos se replegaron a Cambil, mientras que los granadinos tomaron dirección a Piñar e Iznalloz, donde se encontraban los cuarteles de defensa en la ruta hacia Granada. Fue una expedición de tremendo desgaste para ambos bandos.

Después del duro invierno, los cristianos recobraron fuerzas y se dirigieron a atacar Cambil, situado entre Huelma y Jaén, conquistando el castillo y talando las tierras cercanas al pueblo. A continuación hicieron todo el daño que pudieron en las defensas del reino, en los pueblos de Begíjar, Tíscar y Bedmar. 

Los granadinos, acostumbrados a los llamamientos a la guerra, se movilizaron para alistarse formando un ejército formidable que salió por la Puerta de Elvira en busca de sus enemigos. Los cristianos, informados de la respuesta nazarí, se replegaron a sus fronteras evitando un enfrentamiento en el que no veían clara victoria.

El ejército nazarí regresó a Granada, feliz por sentir que su sola presencia había hecho huir al enemigo. Aprovecharon pues para dirigirse a Gibraltar para consolidar la plaza y una vez allí se enteraron de que los castellanos habían entrado por Jaén y amenazaban la vega de Granada, en concreto la fortaleza y el castillo de Iznalloz, quemando el arrabal del pueblo, continuando por Piñar y llegando a Montejícar, donde ambas fuerzas militares volvieron a encontrarse. En los arrabales de Montejícar, en la Cuesta de Las Quebradas, los hombres de Ismail obligaron a los cristianos del príncipe Don Pedro a retirarse a tierras de Cambil, Jaén y Úbeda.

Pero los cristianos perseveraban en su empeño y atacaron el fortificado pueblo de Bélmez que les fue entregado tras un duro asedio. A continuación cercaron la fortaleza de Tíscar bien defendido por su propia geografía, donde el al-qaid Mohammed Handum organizó convenientemente la defensa de la Peña Negra. Los cristianos aprovecharían la oscuridad de la noche para sorprenderles y degollarles sin misericordia, para ocupar el pueblo al día siguiente y sitiar el castillo, donde los habitantes, unos mil quinientos, se habían refugiado. La carencia de provisiones les obligó a rendirse y desterrarse a Baza.

Don Pedro, animado por su éxito y acompañado por su tío el infante Don Juan, señor de Vizcaya e hijo de Alfonso X, asaltaron Alcaudete y Alcalá ben Zaide, llegando a cercar la fortaleza de Íllora, prendiendo fuego a su arrabal. El 24 de junio de 1319 divisaban Granada desde las faldas de Sierra Elvira, entre Albolote (en aquella época una alquería conocida como Albulut o Alquería de la Encina) y Atarfe. Asentado allí el real se dedicaron a saquear los pueblo cercanos, a tomar prisioneros de las alquerías y a incendiar las cosechas, llegando incluso a los cármenes de Aynadamar

Ismail analizó la situación e hizo llamar a todos los efectivos del reino, preparando un gran ejército en muy poco tiempo al frente del cual volvería a estar Osmán, conocedor de la estrategia y armamentos castellanos. Los nazaríes sabían que hacer y por donde atacar, quedando la batalla decidida a su favor al medio día. El príncipe Don Pedro y su tío, el infante Don Juan, perecieron en la lucha en 1319, en el Cerro de los Infantes, en el municipio granadino de Pinos Puente, que fue conocido desde entonces con ese nombre. Mientras que el cuerpo de Don Juan fue recuperado y enterrado en la Catedral de Burgos, el cadáver de Don Pedro cayó en manos de sus enemigos, siendo destripado y rellenado con estopa para ser colgado en la Puerta del Vino de la Alhambra.

La muerte de los infantes causó una gran consternación en el reino de Castilla, y muchos la interpretaron como un castigo divino por los pecados y malas intenciones. La derrota castellana en esta batalla y la muerte de los infantes Pedro y Juan alteraron el rumbo de los acontecimientos en el sur de la Península Ibérica y en el reino de Castilla durante varios años, quedando la reina María de Molina  como única tutora de Alfonso XI quien contaba con minoría de edad.

Por su parte, los granadinos acordaron una tregua de ocho años en Baena el 18 de junio de 1320, casi un año después de la batalla. Sin embargo cuatro años después, aprovechando un período de caos en Castilla, Ismail I recuperó las localidades de Huéscar, Orce, Galera y Baza y un año después, conquistó y saqueó la villa de Martos con el empleo de un arma novedosa, cañones.

LEGADONAZARIBLOG

 

jueves, 10 de diciembre de 2020

FILETES DE SALMÓN CON MIEL Y SÉSAMO

 

FILETES DE SALMÓN CON MIEL Y SÉSAMO



Ingredientes

2 Filetes de lomo de salmón

Miel

Semillas de sésamo o ajonjolí

Aceite de oliva virgen extra

Sal y pimienta negra recién molida al gusto

 

Elaboración

En una sartén, calentamos el aceite de oliva virgen extra.

Cuando el aceite este caliente, ponemos los lomos de salmón, salpimentamos al gusto...

Dejamos cocer unos minutos, agregamos las semillas de sésamo y espolvoreamos con miel para terminar de cocinar.

Servimos caliente acompañado con arroz blanco (dándole forma con un molde de flan o arandela de presentación) si se desea, u otra guarnición... Yo he vertido miel sobre el arroz cocido y unas hojas de menta. Pero la cocina es un mundo imaginario, así que cada cual disponga su decoración y paladar en la guarnición.

¡Buen provecho!

VIEIRAS GRATINADAS

 

VIERAS GRATINADAS


Las vieiras o peregrinas, las podemos encontrar fácilmente en nuestros mercados o tiendas de congelas, en esta ultima las venden con conchas o sin conchas. Animaros con estos moluscos, que son riquísimos.

 

Ingredientes

12 Vieiras

1 Puerro

1Cebolla

30 cl de vino blanco dulce

1 Cucharada de harina

100 gr de nata fresca

2 Yemas de huevo

60 gr de queso gruyers rallado

40 gr de mantequilla

Sal y pimienta negra recién molida al gusto

 

Elaboración

Abrimos las vieiras y luego, retiramos las nueces y los corales. Lavamos y guardamos en papel absorbente de cocina para escurrir.

Una vez secas, cortamos en dados, dejando los corales enteros

Por otro lado, lavamos cuidadosamente 6 conchas vacías, y reservamos.

Picamos finamente el puerro y la cebolla.

En una cacerola, derretimos la mantequilla y doramos las verduras, removiendo con una cuchara de madera. Cocinamos a fuego lento durante unos minutos.

Añadimos la harina y mezclamos bien. Una vez bien mezclada y empapada la harina, rociamos con vino blanco dulce, y cocinamos unos 10 minutos a fuego lento.

En un bol, mezclamos bien la nata fresca y las yemas de huevo, luego agregamos esta mezcla a la cacerola, removemos para integrar todo bien.

Dividimos la carne de las vieiras entre las conchas. Cubrimos las mismas con la salsa de verduras y espolvoreamos con queso gruyers rallado.

En Horno previamente calentado a 240º, horneamos durante 6 o 7 minutos.

Servimos bien caliente, 1 por plato.

¡Buen provecho!

 

LOMO DE CERDO CON LECHE

 

LOMO DE CERDO CON LECHE


Ingredientes

1,2 K  .Cinta de lomo de cerdo

1 L de leche

1 Copa de vino blanco

1 Zanahoria

1 Cebolla

1 Apio

1 Cucharada de maicena

1 Nuez de mantequilla

Sal

Pimienta negra recién molida

Aceite de oliva virgen extra

Romero y salvia al gusto

 

Elaboración

En una olla grande, calentamos el aceite de oliva virgen extra, junto con la nuez de mantequilla y en ella al fuego, doramos por todos lados el lomo de cerdo, debemos atarlo antes de cocinarlo, esto hace que conserve su forma regular al cocinarlo en el horno.

Cuando el lomo este dorado por todos lados, agregamos la cebolla, el apio y la zanahoria cortados en trozos pequeños y sazonamos con salvia y una ramita de romero, es preferible atar con una cue un hilo bramante (hilo de cocina) para luego facilitarnos el poder quitarlo. Añadimos la copa de vino blanco.

Una vez que el alcohol de vino se haya evaporado, agregamos toda la leche, luego la sal y la pimienta negra reciñen molida al gusto. Ponemos el fuego a lento, tapamos y dejamos cocinar el lomo durante una hora y media. No olvidemos dar la vuelta de vez en cuando para que se cocina uniformemente.

Una vez que el cerdo esta cocido, dejamos enfriar unos minutos antes de continuar.

Una vez frio, que es cuando podemos cortarlo con facilidad sin que se nos deshaga, colocamos sobre la tabla de corte, quitamos el hilo y cortamos en lonchas  finas, con un cuchillo bien afilado.

Preparamos la salsa para acompañar el asado con sus jugos de cocción.

Retiramos la salvia y el romero, luego licuamos todo bien con una batidora, la salsa se convertirá inmediatamente en una salsa aterciopelada, pero a mí me gusta que este un poco más espesa y tenga más cuerpo, por eso disolvemos en un vaso la maicena con un poco de la salsa de cocción, y agregamos a la mezcla de salsa, luego ponemos al fuego lento, removemos y espesamos. Durante 5 o 7 minutos, en todo caso el tiempo suficiente en que veamos el espesor que deseamos, removiendo constantemente con una varilla para que no se formen grumos. La salsa ya está lista.

Presentamos el lomo de cerdo, en una fuente, con las lonchas cortadas finas, y rociamos con la salsa, o bien la salsa en una salsera aparte para que cada cual se sirva a su gusto.

Servir con patatas cocidas, salteadas u horneadas.

 El final, es un excelente asado de exquisito sabor.

¡Buen provecho!

 

FELIZ NAVIDAD

 

En estas fechas tan señaladas, y anormales debido al bichito, es cuando nos damos cuenta de los valores, costumbres y tradiciones, que nuestros mayores nos han inculcado, y el principal es  LA FAMILIA. Que este año debido a las restricciones, nos vemos sumido un poco en la tristeza de no poder sentir el calor de un abrazo de tus seres queridos, de un beso en las mejillas, de un apretón de mano o unos simples golpecitos en la espalda, de vernos y poder reunirnos, pero  no perdamos la esperanza y las ilusiones, solo  en mi humilde opinión es esta Navidad, las próximas si tenemos fe e ilusión las pasaremos todos juntos y con mayor ilusión, así que ánimo y a contentarnos en bien de todos de seguir las normas.

CUIDEMOS UNOS A OTROS









martes, 8 de diciembre de 2020

CORDERO AL HORNO CON PATATAS

 

CORDERO AL HORNO CON PATATAS


La receta navideña más fácil y mejor que existe, sobre todo si es elaborada con  CORDERO “LOJEÑO” (Loja-Granada) www.acrol.es, es crujiente por fuera, suave por dentro y muy sabroso. Más aun viniendo de un cordero totalmente ecológico.

 

Ingredientes

1 K de carne de cordero

Romero

Salvia

1 Copa de vino blanco seco

Sal

1 Diente de ajo

1 K de patatas

Aceite de oliva virgen extra

 

Elaboración

Yo siempre uso cordero “Lojeño”, por su inconfundible sabor, so olor y sabor tradicional. ¡Para los verdaderos tradicionalistas, el cordero no puede faltar en la mesa para ocasiones especiales!

Enjuagamos el cordero en agua corriente fría y luego secamos con papel absorbente de cocina. Si el tamaño de carne de cordero que has elegido es grande, como ocurre por ejemplo con las patas, hacemos unos cortes en la superficie para facilitar la cocción y conseguir que penetren perfectamente todos los sabores y aromas de los condimentos.

Colocamos el cordero en una fuente de horno, grande ligeramente engrasada y sazonada con salvia, romero, vino blanco seco y sal.

Precalentamos el horno a 180º.

Metemos en el horno previamente calentado, durante 50 minutos. Mientras tanto, pelamos las patatas, cortadas en dados pequeños y colocamos en un bol con agua fría. Enjuagamos bien las patatas para que pierdan parte del almidón y, por tanto, estén perfectamente crujientes al cocinarlas.

Las patatas al horno son un clásico, a la mitad de la cocción de la carne, agregamos las patatas, escurridas y secadas con un paño limpio. Añadimos el chorrito de aceite de oliva virgen extra y horneamos nuevamente, hasta que estén completamente cocidas.

Ya está listo nuestro cordero al horno con patatas.

Disfrutad de la Navidad.

¡Buen provecho!

SORBETE DE LIMÓN

 

SORBETE DE LIMÓN


Es un sorbete ideal, no solo en verano, también el día de Navidad (25 de diciembre), para ayudar a la digestión de la comida.

 

Ingredientes

4 Limones

2 dl de agua

75 gr de azúcar glas

0,5 dl de licor de limón PANIZO www.destileriaspanizo.com

2 Claras de huevo

Una pizca de sal

25 gr de azúcar glas

 

Elaboración

Rallamos los dos limones, y lo ponemos en un bol grande inoxidable, agregamos el jugo de los dos limones. Añadimos el agua, el azúcar glas y el LICOR DE LIMON PANIZO , mezclamos todo muy bien, mejor batirlo. Metemos en el congelador bien tapado con un papel fil, durante 1 hora.

Batimos las claras de huevo con una pizca de sal, hasta que estén  a punto de nieve bien fuerte, agregamos el azúcar glas, batimos muy bien para integrar el azúcar en el merengue,

En el bol que teníamos en el congelador, lo sacamos y mezclamos con el merengue, suavemente con movimientos envolventes, volvemos a cubrir el bol de acero y metemos en el congelador durante aproximadamente 3 horas, revolviendo de vez en cuando unas 3 o 4 veces durante ese tiempo...

Servimos en copa a nuestro gusto.

¡Buen provecho!

viernes, 4 de diciembre de 2020

FILETES DE SALMÓN A LA MENTA

 

FILETE DE SALMÓN EN SALSA DE MENTA

Ingredientes

4 Filetes de salmón (preferiblemente de lomo)

400 gr de arroz redondo

100 gr de calabacín muy picadito, manteniéndolas

2 Chalotas muy picadita

100 gr de guisantes

100 gr de zanahoria picaditas en dados pequeños

250 gr de mantequilla

40 cl de vino blanco

30 cl de caldo de pescado

2 Cucharadas de menta picada

1 Cucharada de aceite de oliva virgen extra

2 Cucharadas de jugo de  limón

Sal

Pimienta negra recién molida

 

Elaboración

En una sartén, derretimos 25 gr de mantequilla y vertimos el arroz, removiendo de vez en cuando hasta que se vuelva transparente.

Agregamos 30 cl de vino blanco y dejamos que hierva sin dejar de remover. Dejamos que  el arroz absorba el vino, luego añadimos el caldo de pescado, un poco de sal y pimienta negra recién molida. Dejamos que el arroz se cocine a fuego muy lento durante unos 20 minutos, removiendo con frecuencia para que quede cremoso y absorba todo el líquido con calma.

Fuera del fuego agregamos 25 gr de mantequilla.

Cocinamos las verduras al vapor, y una vez cocidas las agregamos delicadamente al arroz, manteniéndolas caliente.

En una cacerola, ponemos a hervir el resto del vino blanco y las chalotas, reducimos hasta que se evapore por completo.

Batimos la mantequilla restante en trozos. Sazonamos con sal y pimienta y vertimos el jugo de limón y la menta picada.

Asamos los filetes de salmón en una sartén antiadherente, 2 minutos por cada lado.

Untamos los platos calientes con la salsa, colocamos los filetes de salmón y el risotto de verduras. Decoramos con hojas de menta.

¡Buen provecho!