jueves, 25 de julio de 2024

SANTA POMPOSA

 

SANTA POMPOSA

Pomposa, Santa. Córdoba, c. 828 – 19.IX.853. Religiosa, virgen, mártir y santa.

San Eulogio, contemporáneo suyo, narra su vida y martirio en el Memoriale Sanctorum (851-856), recogiendo incluso noticias proporcionadas por el monje Félix que también sería mártir. El Martirologio de Usuardo no mencionó este martirio y, por ello, no figuró en el Martirologio romano hasta que Ambrosio de Morales publicó en Alcalá las obras de san Eulogio en 1574.

Pomposa nació en Córdoba hacia el año 828 en el seno de una familia cristiana y rica que, tras vender sus bienes, se retiró de la ciudad para dedicarse, padres e hijos, a la vida religiosa. En una sierra cercana a Córdoba y denominada Pinna Mellaria (Peña Melaria), reedificaron el Monasterio de San Salvador convirtiéndolo en un centro monástico de gran espiritualidad donde Pomposa se educó en la meditación y el estudio de las Sagradas Escrituras. El 17 de septiembre del año 853 había muerto su amiga santa Columba, que se había presentado voluntaria al martirio.

La noche del día 18 Pomposa halló entornada la puerta del monasterio y, deseosa de seguir las huellas de su predecesora, acudió al día siguiente ante la presencia del cadí de Córdoba, confesó su fe y fue condenada, produciéndose su muerte por degollación. Su cuerpo fue arrojado al río, pero, según san Eulogio, fue recogido por unos jornaleros que lo enterraron y preservaron hasta que, unos veinte días después, fue trasladado por unos monjes a la Basílica de Santa Eulalia, donde reposó junto a su amiga Columba. Su fiesta se celebra el 19 de septiembre.

 

Bibl.: S. Eulogio, Memoriale Sanctorum, lib. III, s. l., 851- 856, cap. XI; Acta Sanctorum Database, Antuerpiae-Bruxellis, Sociedad de Bollandistas, 1643-1940, septiembre, VI, cols. 92-95, acta.chadwyck.com (en línea); R. Jiménez Pedrajas, “Pomposa”, en Bibliotheca Sanctorum, vol. X, Roma, Pontificia Università Lateranense, 1961-2000, pág. 1012; E. P. Colbert, The martyrs of Córdoba. A study of the sources. A dissertation [...] (850-859), Washington, The Catolic University of America Press, 1962, págs. 261-262; J. Vives Gatell, “Mártires de Córdoba” y “Pomposa”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, pág. 1440 y págs. 1900 y 1991, respect.; J. F. Rivera Recio, “La Iglesia Mozárabe”, en R. García Villoslada (dir.), Historia de la Iglesia en España, vol. II, t. I, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1982, págs. 46-60; F. J. Simonet, Historia de los mozárabes en España, IIDe Abderramán I a Mohamed I (años 756 870), Madrid, Turner, 1983; J. L. Repetto, “Pomposa”, en C. Leonardi, A. Ricardi y G. Zarri, Diccionario de los santos, vol. I, Madrid, San Pablo, 1998, pág. 1935; M. J. Aldana García (ed.), Obras completas de San Eulogio, Córdoba, Universidad, 1998, págs. 167-169.

 

Elena Sainz Magaña

 

 

SAN EULOGIO DE CÓRDOBA

 

SAN EULOGIO DE CÓRDOBA

Eulogio de Córdoba, San. Córdoba, p. s. IX – 11.III.859. Escritor, mártir y santo.

Eulogio nació en Córdoba a principios del siglo IX, en el seno de una familia influyente y cristiana; pero, para entender la figura del santo, es necesario conocer el ambiente religioso de la época y el lugar en el que vivió; la Córdoba del floreciente estado Omeya durante el reinado de ‘Abd al-Raḥman II y de su hijo y sucesor, Muḥammad I. En aquel tiempo, en el seno de la dominada comunidad cristiana se detectaban claras diferencias: por un lado, había un sector mayoritario de fieles que, aun permaneciendo en el seno de la cristiandad, se adaptaron a las circunstancias, pagando los impuestos e integrándose en la sociedad con lo que se contaminaron también religiosamente, y un grupo minoritario de cristianos que, como reacción a los anteriores, llevaron la ortodoxia hasta las últimas consecuencias, propiciando un movimiento de claras connotaciones apocalípticas y de ataque abierto al Islam. Las primeras noticias que se poseen de este grupo se remontan al abad Esperaindeo y es precisamente en la escuela de la basílica de San Zoilo, dirigida por él, donde se educaron el joven Eulogio y su amigo Paulo Álvaro, que, posteriormente, sería su biógrafo. Eulogio, tras profesar como sacerdote, enseñó en la escuela de la basílica y profundizó en el conocimiento de la Antigüedad clásica. Un viaje que emprendió en el año 848 para buscar a sus hermanos, Álvaro e Isidoro, le permitió visitar los reinos cristianos del norte, recorriendo numerosos monasterios, como el de San Zacarías en Navarra; en Pamplona fue muy bien acogido por el obispo Wiliesindo y en su viaje de vuelta visitó diversas comunidades cristianas en Zaragoza, Calatayud, Alcalá de Henares y Toledo. Este periplo le permitió llevar a Córdoba, a su regreso hacia el año 845, un lote de libros latinos de gran interés, entre los que se encontraban obras de Elio Donato, Porfirio, Virgilio, Juvenal, Horacio, Avieno, san Agustín y otras muchas que no se encontraban en al-Andalus. Eulogio restauró los estudios de Lengua y la Literatura latina desde su escuela y en los monasterios.

El conflicto de los mártires voluntarios comenzó en el 850 con la muerte del sacerdote Perfecto, lo que provocó un estado de indignación entre los cristianos ortodoxos que comenzaron a presentarse en grupo o individualmente ante las autoridades musulmanas buscando el martirio. Tras las primeras muertes, ‘Abd al-Raḥman II mandó convocar un concilio cristiano que se celebró en Córdoba en el 852, presidido por Recafredo, obispo de Sevilla, y con la presencia de Saulo, obispo de Córdoba y Eulogio que defendían la causa de los mártires. El concilio condenó los martirios voluntarios y Recafredo mandó encarcelar a los cabecillas del movimiento martirial y, entre ellos, a Eulogio, quien durante su cautiverio escribió obras de apología del martirio y el Documentum Martyriale dedicado a Flora y María para fortalecerlas en su fe frente a las desventuras y el martirio. Una vez excarcelado continuó su labor al frente de los mártires. Con la muerte de ‘Abd al-Raḥman y la ascensión al Trono de Muḥammad se endurecieron las condiciones de vida de los mozárabes y se ordenó demoler las iglesias y monasterios de reciente construcción y desmochar las torres demasiado altas, entre otras cosas. Pese a todo, él y los suyos se mantuvieron firmes, mientras los martirios continuaban. A partir del año 852 apenas hay noticias de los hechos de Eulogio, aunque sí de sus actividades literarias, pues concluyó su Memoriale Sanctorum y escribió el Apologeticus martyrum.

En el Memoriale Sanctorum, compuesto por dos cartas —la primera de Eulogio dirigida a Álvaro y la segunda la contestación de Álvaro a ésta—, un prefacio y tres libros (el primero escrito entre junio y noviembre del año 851 y con un carácter doctrinal y los libros segundo y tercero, que narran las vidas y martirios de numerosos santos en Córdoba, escritos entre los años 851 y 856); el Apologeticus Martyrum, está dedicado a Rodrigo y Salomón, martirizados en el año 857, es un texto en el que expone claramente su doctrina, constituyendo una apología de los mártires mozárabes; en esta obra incluye también una biografía de Mahoma, tomada por él de un manuscrito del monasterio de Leyre.

Por su fama, y a la muerte del obispo de Toledo, Wistremiro en el año 858, fue elegido obispo de dicha ciudad, aunque nunca llegó a ocupar la sede metropolitana.

Fue detenido a principios del 859 por haber ayudado a ocultarse a Leocricia, cristiana de padres musulmanes; la joven fue ejecutada enseguida, pero el cadí de Córdoba, dada la posición de Eulogio como primado electo de España, resolvió enviarlo al palacio del propio Emir ante quien el santo atacó abiertamente el Islam y fue sentenciado. Su muerte ocurrió el día 11 de marzo del año 859, fecha en la que se celebra su fiesta, como también recoge el Martirologio romano, aunque varios calendarios mozárabes citan su nombre el 1 de junio y Usuardo, que había viajado a Córdoba en el año 858, lo elogia en su Martirologio, el 15 de septiembre.

Los restos de san Eulogio fueron sepultados en la basílica de San Zoilo y generaron un culto inmediato; en el año 883, Alfonso III obtuvo del emir las reliquias y las trasladó a la capilla de Santa Leocadia en la catedral de Oviedo, de allí pasaron a la cámara santa de la misma catedral en 1303, donde aún se conserva una parte de las mismas en una urna de plata; el mismo año, otra parte de las reliquias retornó a Córdoba para ser depositada en la iglesia de San Rafael.

San Eulogio es considerado como doctor de la Iglesia mozárabe y es patrón de Córdoba y de Oviedo.

En iconografía se le suele representar vestido de arzobispo, pero no con la mitra y el palio puestos, sino entre sus manos o en otro lugar; sus atributos son los de su martirio: la espada, el látigo o los azotes y, también, la pluma y el libro haciendo alusión a sus escritos apologéticos sobre los mártires.

 

Obras de ~: Documentum Martyriale, s. l., 851; Memoriale Sanctorum, s. l., 851-856; Epistulae (Epistula prima ad Alvarum, Epistula secunda ad Baldegthonem, Epístola tertia ad Wiliesindum), s. l., 851; Obras completas de S. Eulogio, ed. de A. S. Ruiz, Córdoba, Imprenta provincial, 1959; M. J. Aldana García (ed.), Patrología latina Database, Madrid, Chadwyck-Healey, 1996, 115, cols. 720-721 (en http://acta.chadwyck.com); Obras completas de San Eulogio, Córdoba, Universidad, 1998.

 

Bibl.: P. Ribadeneira, Flos Sanctorum, Madrid, Luis Sánchez, impresor, 1616, págs. 150-153; J. Pérez de Urbel, San Eulogio de Córdoba, Madrid, Voluntad, 1928; J. Ferrando Roig, Iconografía de los Santos, Barcelona, Omega, 1950, pág. 102; J. F. Rivera Recio, “Eulogio di Cordova”, en Bibliotheca Sanctorum, vol. V, Roma, Pontificia Università Lateranense, 1961-2000, págs. 218-219; E. P. Colbert, The martyrs of Córdoba. A study of the soruces. A dissertation [...] (850-859), Washington, The Catholic University of America Press, 1962; J. Pérez de Urbel, “Eulogio” y J. Vives Gatell, “Mártires de Córdoba”, en Q. A ldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vols. II y III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Enrique Flórez, 1972 y 1973, págs. 883-886 y pág. 1440, respect.; R. Molina Piñedo, San Eulogio de Córdoba, Pamplona, Diputación Foral, 1976; J. F. Rivera Recio, “La Iglesia Mozárabe”, en R. García Villoslada (dir.), Historia de la Iglesia en España, vol. II, t. I, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1982, págs. 46- 60; F. J. Simonet, Historia de los mozárabes en España, II. De Abderramán I a Mohamed I (años 756 870), Madrid, Turner, 1983; J. L. Repetto, “Eulogio de Córdoba”, en C. Leonardi, A. Ricardi y G. Zarri, Diccionario de los santos, vol. I, Madrid, San Pablo, 1998, págs. 741-744; M. J. Aldana García (ed.), Obras completas de San Eulogio, Córdoba, Universidad, 1998; “Vita auctore Alvaro Paulo”, en Patrología latina Database, op. cit., CXV, cols. 705-720; Acta Sanctorum Database, Antuerpiae-Bruxellis, Sociedad de Bollandistas, 1643-1940, marzo II, cols. 88-97.

 

Elena Sainz Magaña

 

SAULO DE CÓRDOBA

 

SAULO DE CÓRDOBA

Saulo de Córdoba. ?, p. s. IX – ¿861? Obispo de Córdoba.

En el año 850, a pesar de ciertas reticencias iniciales del emir ‘Abd al-Raḥmān II, Saulo fue nombrado sucesor de Recafredo como obispo de la Córdoba mozárabe sometida a la autoridad musulmana y mantuvo la condición episcopal hasta el año 861. En los años anteriores Saulo se había erigido en uno de los más pertinaces defensores de los martirios voluntarios que realizaba cierto sector de la mozarabía cordobesa y aun después de ser nombrado obispo perseveró en su postura. Tal militancia le llegó a suponer incluso el encarcelamiento temporal junto con Eulogio y otros religiosos en 851. Al año siguiente logró obtener del concilio celebrado para tratar la cuestión de los martirios un decreto confuso y ambiguo que no resultaba contrario a sus intereses.

Pocos años después, aunque la fecha exacta es incierta, estalló entre Saulo y Álbaro de Córdoba una encendida polémica, cuyos detalles se conservan en el intercambio epistolar entre ambos (Epist. Albari Cordub. 11-13). Álbaro solicitó al obispo Saulo el envío de un sacerdote que le administrara la absolución, una vez que había superado una enfermedad que lo había expuesto a la muerte y en previsión de la cual había recibido el remedio de la penitencia. Saulo, por alguna razón poco clara, aunque quizás relacionada con una supuesta acusación de migeciano, donatista y luciferiano vertida por Álbaro, le negó la comunión, a lo que éste reaccionó con otra carta en la que le dirigía graves insultos e imputaciones tales como haber absuelto a personas excomulgadas sin la mediación de una resolución conciliar, la práctica de la simonía, el nombramiento irregular de obispos y la adjudicación de una misma iglesia a dos sacerdotes distintos.

También se atribuye a Saulo la autoría de la epístola 10, anónima, del Epistolarium de Álbaro. Escrita probablemente durante su episcopado, Saulo justifica en ella su cambio de actitud y de opinión para amoldarse al sentir general de la Iglesia y muestra su oposición a las tesis rigoristas sobre la administración de los sacramentos sostenidas por sus adversarios.

 

Obras de ~: Rescriptum ad Albarum, J. Gil (ed.), Corpus Scriptorum Muzarabicorum, vol. 1, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1973, págs. 222-224; Epistola ad alium episcopum, J. Gil (ed.), Corpus Scriptorum Muzarabicorum, vol. 1, Madrid, CSIC, 1973, págs. 214-221.


Bibl.: M. C. Díaz y Díaz, “Saulo”, en Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. 4, Madrid, CSIC, 1975, pág. 2388; G. del Cerro Calderón y J. Palacios Royán, Epistolario de Álvaro de Córdoba, Córdoba, Universidad, 1997; U. Domínguez del Val, “Saulo, obispo de Córdoba”, en Historia de la antigua literatura latina hispano-cristiana, vol. VI, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2004, págs. 452-457.


David Paniagua Aguilar

 

miércoles, 24 de julio de 2024

SANGRIA DE CAVA

 

SANGRIA DE CAVA

Esta receta de sangría de cava, te enseña a preparar la bebida perfecta para una tarde de verano, sentado en la terraza, con los pies en alto y mirando al mar o más romántico mirando la caída del sol, eso sí siempre en buena compañía. No hace falta  que utilices cava caro para preparar esta bebida, una botella de cava brut de buena calidad funcionara perfectamente para preparar esta deliciosa y referscante sangría.

Ingredientes

1 Botella de cava brut

100 ml de licor de naranja

100 ml de vodka

100 ml de vermut ZECCHiNI  blanco

100 gr de azúcar glas

1 L de fanta de naranja

1 Naranja cortada en cuartos pequeños

1 Lima cortada en rodajas finas

½ Melón  pequeño cortado en bolitas

100 gr de frambuesas frescas

Hojas de menta frescas para decorar

Cubitos de hielo grandes

 

Elaboración

Antes de preparar la sangría, debemos tener todos los ingredientes líquidos en el frigorífico durante unas horas.

En un bol grande, mezclamos el licor de naranja y el vodka, el vermut blanco ZECCHINI y el azúcar, añadimos la fanta de naranja y la botella de cava,  mezclamos bien.

Añadimos los cuartos de naranja, exprimimos el zumo, luego las bolitas de melón, las rodajas de lima y las frambuesas enteras, removemos suavemente.

Añadimos abundante hielo en cubitos grandes y mezclamos bien...

Servir la sangría de cava en copas de coctel grandes adornadas con menta fresca.

¡Buen provecho!

MERLUZA CRUJIENTE CON PIMIENTOS ASADOS

 

MERLUZA CRUJIENTE CON PIMIENTOS ASADOS



La cocina es un “mundo libre”, por eso en esta receta yo os pongo otra forma de terminar los pimientos asados, que al final es el mismo resultado. Exquisitos, versátil, sabroso, para acompañamiento o para hacer una rica ensalada.

Ingredientes

800 gr de filetes de merluza fresca, sin piel ni espinas

4 pimientos rojos, asados y limpios y cortados en tiras

2 Dientes de ajos pelados y cortados en láminas finas

2 Cucardas de aceite de oliva

1 Cucharadita de azúcar glas

Para la masa de tempura:

100 gr de harina y + más harina para espolvorear

1 Huevo

1 Cucharadita de levadura en polvo

½ Cucharadita de sal

200 ml de agua muy fría con gas

Aceite de girasol para freír

 

Elaboración

En una sartén amplia, tipo parrilla, la ponemos al fuego. Y  dejamos que se caliente.

Untamos los pimientos con un poco de aceite de oliva y los ponemos en la sartén-parrilla, lo vamos asando por todos lados, hasta que la piel este completamente negra. Retiramos de la parrilla y tapamos cada pimiento con papel de aluminio bien cerrado, y dejamos reposar unos 10 minutos. Pasado este tiempo, pelamos, quitamos el pedúnculo y las semillas, y finalmente los cortamos con las manos en tiras largas.

En una sartén, calentamos aceite de oliva a fuego suave, y añadimos las láminas de ajo, y los salteamos durante 1-2 minutos o hasta que estén ligeramente dorados. Retiramos del aceite, añadimos las tiras de pimientos asados y cocinamos a fuego lento durante 5 minutos. Espolvoreamos con una pizca de azúcar glas, sazonamos con sal y devolvemos el ajo, cocinando con los pimientos a fuego lento durante 10 minutos más. Reservamos.

Para preparar la tempura, mezclamos en un bol grande, la harina tamizada, la levadura en polvo, la sal, mezclamos muy bien y reservamos.

En otro bol cascamos el huevo y batimos enérgicamente. Añadimos el agua fría con gas y mezclamos todo.

Vertimos 1/3 de la mezcla de harina en la de huevo y agua y mezclamos muy bien nuevamente con un tenedor o una varilla.

Luego añadimos el 1/3 restante de la mezcla de harina y finalmente añadimos el último 1/3, mezclamos bien hasta integrar todo suavemente.

Calentamos el aceite de girasol en una sartén grande o freidoras, mientras esperamos que el aceite de caliente, cortamos el pescado en cuatro porciones y pasamos por harina habiéndolo sazonado previamente el pescado.

Una vez caliente el aceite, sumergimos el pescado en la masa de tempura escurrimos  y sumergimos en abundante aceite caliente durante 2-3 minutos por cada lado o hasta que este dorado.

Sacamos y escurrimos sobre papel absorbente de cocina para quitarles el exceso de aceite.

En un plato caliente, colocamos una cucharada de pimientos asados templados, y encima un trozo de merluza crujiente y rociar con un poco del jugo de cocción que suelta  el pimiento cuyano lo asamos.

Servir inmediatamente.

¡Buen provecho!

 

 

 

 

 

martes, 23 de julio de 2024

ENSALADA DE MARISCOS FACIL

 

ENSALADA DE MARISCOS FÁCIL

Como la  gran mayoría de una ensalada de verano, esta ensalada fría de mariscos engañosamente simple, puede servir como aperitivo, entrante o plato principal. Cambiamos los mariscos que prefiera desde camarones pelados, hasta vieiras, carne de cangrejo y más... La cocina es un mundo libre, cada uno puede agregar o quitar lo que más le apetezca y hacerla a su gusto.

 

Ingredientes

1 Naranja mediana

1 Limón mediano

1 Lima mediana

300 gr de camarones cocidos, pelados, picados en trozos grandes

300 gr de carne de cangrejo fresca o de imitación, picada en trozos grandes

2 Cucharadas de cebolla dulce (morada) finamente picada

2 Cucharadas de o pimiento rojo finamente picado

Lechuga rallada

Galletas variadas (opcional)

 

Elaboración

Rallamos finamente la cascara de naranja. Cortamos la naranja transversalmente por la mitad, exprimimos el jugo de la naranja.

Ponemos la ralladura de naranja y el jugo en un bol grande.

Agregamos al bol los camarones troceados, el cangrejo troceado, la cebolla picadita y el pimiento picadito, mezclamos bien.

Servir sobre lechuga en una galleta, si es aperitivo.

¡Buen provecho!

 

 

 

ALUBIAS BLANCAS CON ALMEJAS Y CHORIZO

 

ALUBIAS  BLANCAS CON ALMEJAS Y CHORIZO

Las alubias blancas cremosas, combinan muy bien con el chorizo y las almejas, llevan el plato a otro nivel de sabor. Las alubias blancas, son una parte importante de la cocina vasca, es una comida campesina hecha a fuego lento e ingredientes simples.

 

Ingredientes

500 gr de  judías blancas, cubiertas con agua  durante24 horas

1,5 L de agua fresca

200 gr de almejas frescas

150 gr de chorizo, cortado  en rodajas gruesas

1 Puerro grande, pelado y cortado en rodajas grandes

1 zanahoria grande, pelada y cortada en rodajas

1 Pimiento verde grande, finamente picado

1 Cabeza de ajo

4 Cucharadas de aceite de oliva

Sal

 

Elaboración

En una olla grande, colocamos las judías  remojadas, las verduras, la cabeza de ajo y el aceite, y cubrimos de agua.

Ponemos a fuego moderado y dejamos hervir a fuego lento durante unos 30 minutos, evitando que el líquido hierva, ya que las judías se romperían.

Agitamos la olla de vez en cuando para espesar el líquido. Una vez que las judías estén tiernas, retiramos las verduras y desechamos la cabeza de ajo. Sazonamos las judías con sal y colocamos las verduras en el vaso de batidora o trituradora, las trituramos muy bien, y una vez bien trituradas las colamos sobre las judías, le darán sabor y ayudan a espesar la salsa.

En una sartén mediana, sofreímos el chorizo con un poco de aceite de oliva hasta que este crujiente y bien cocido, lo añadimos al guiso de judías.

Por último, añadimos las almejas bien lavadas para que suelten la arena, y la añadimos a la olla con las judías, tapamos y calentar lentamente hasta que todas  las almejas se abran.

Servir con pan crujiente.

¡Buen provecho!

 

 

lunes, 22 de julio de 2024

SCHNITZEL DE POLLO

 

SCHNITZEL DE POLLO

Increíblemente sabroso y crujiente, este filete de pechuga de pollo.

 

Ingredientes

12 mitades de pechuga de pollo, machacadas muy finas.

2 Huevos grandes

3 Cucharadas de miel

3 Cucharadas de mostaza Dijon

2 y ½ Cucharadas de salsa de soja

1 Cucharada de ajo majado

3 Tazas de pan rallado, o lo que d fuese necesario

1 Cucharadita de sal

1 Cucharadita de pimienta negra recién molida

Aceite para freír

1 Limón cortado en gajos

 

Elaboración

Batimos los huevos, la miel, la mostaza Dijon, la salsa de soja y el ajo majado, y lo disponemos  todo en un bol, todo muy bien mezclado. Reservamos.

Mezclamos el pan rallado, la sal y la pimienta negra recién molida. Reservamos.

Calentamos en una sartén  el aceite para freír, o si lo deseas un freidora.

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Colocamos las pechugas de pollo en la mezcla de huevo y amasamos muy bien hasta que estén  completamente cubiertas para que tomen el sabor del aderezo, unos 8-10 minutos,

Pasamos por el pan rallado, presionamos el pollo en el pan rallado hasta que estén uniformemente cubiertas. Lo mejor es hacer esta operación dos veces para que estén crujientes.

Freímos en tandas, y damos la vuelta con unas pinzas para que se doren por ambos lados, unos 3_4 minutos por cada lado.

Sacamos y colocamos sobre papel absorbente de cocina para quitar el exceso de aceite

Servir acompañadas de gajos de limón.

¡Buen provecho!

 

 

 

PATATAS ALIÑÁ

 

PATATAS ALIÑÁ



Las “papas aliñá” como las llamamos en Andalucía, aunque normalmente se elaboran en toda Andalucía, son típicas de Cádiz. Se pueden servir como aperitivo, tapas, etc.

 

Ingredientes

Patatas pequeñas

Cebolla o cebolleta

Perejil

Aceite de oliva

Vinagre de Jerez

Sal al gusto

 

Elaboración

Limpiamos las patatas y cocemos con piel. El tiempo de o cocción dependerá del tamaño de las patatas, aproximadamente unos 20 minutos.

Una vez cocidas, quitamos la piel y cortamos en trozos grandes.

Picamos el perejil muy menudito.

Cortamos la cebolla en daditos muy pequeños.

En un bol, metemos todos los ingredientes en el orden que los hemos ido picando, y añadimos una cucharada generosa d aceite de oliva, mezclamos bien y a continuación añadimos el vinagre de Jerez, sal al gusto, mezclamos muy bien, dejamos unos minutos en el frigorífico para que estén fresquitas. Sacamos y ¡a comer!

¡Buen provecho!