miércoles, 14 de agosto de 2019

BIZCOCHO DE ACEITE DE OLIVA Y LIMÓN


BIZCOCHO DE ACEITE DE OLIVA Y LIMÓN


Ingredientes
2 tazas de harina (280 gr)
1 Cucharada de levadura en polvo
½ Cucharadita de sal
5 Huevos
1 y ¼ de taza de azúcar (250 gr)
1 taza de aceite de oliva virgen extra suave (250 ml)
Ralladura de 2 limones
1 Cucharadita de extracto de vainilla

Para el glaseado:
1 y ½ taza de azúcar glas (240 gr)
El jugo de 1 limón

Elaboración
Precalentamos el horno a 180º.

Untamos de mantequilla o aceite un molde desmoldable redondo, enharinamos bien fondo y paredes, sacudimos bien.

En un bol grande, con una varilla,  batimos los huevos con el azúcar, hasta que doble su volumen y este espumoso y ligero.

Añadimos el aceite de oliva y seguimos batiendo, añadimos la ralladura de limón y continuamos batiendo.

Tamizamos sobre el bol los ingredientes secos, y mezclamos hasta que se integren bien todos los ingredientes, pero sin batir enérgicamente, más bien suavemente.

Vertimos en el molde preparado y horneamos durante 50 o 60 minutos, hasta que una aguja de brocheta salga limpia en su comprobación.

Sacamos del horno y dejamos enfriar 15 minutos, y desmoldamos con cuidado.

Dejamos enfriar por completo.

Colocamos en plato al uso.

Para el glaseado: mezclamos el azúcar y el jugo de limón, hasta que este cremoso y sin grumos. Debe tener consistencia parecida a la miel.

Vertimos sobre el bizcocho enfriado y dejamos que gotee por los lados.

¡Buen provecho!

BATIDO DE MELÓN


BATIDO DE MELÓN


Ingredientes
1 Melón cantalupo o parecido, o español
2 Yogur griego
2 Dientes de cardamomo verdes
2 Cucharadas de azúcar glas
Alguna hebra de azafrán
4 o 6 cubitos de hielo
Hojas de menta para la decoración

Elaboración
Cortamos el melón por la mitad, quitamos las semillas. Con una cucharita de café, o un saca bolas, hacemos bolas con el melón, equivalente a 4 cucharadas.

Con una cuchara quitamos la pulpa de melón restante, y colocamos en la licuadora, añadimos el azúcar glas, licuamos.

Añadimos las semillas de cardamomo, yogur, azafrán, cubitos de hielo, trituramos.

Servir inmediatamente en vasos de jugo, bien fríos, agregamos las bolas de melón, y decoramos con una hojita de menta,

A disfrutarlo bien frio.

¡Buen provecho!


ALITAS DE POLLO PICANTES CON PATATAS FRITAS


ALITAS DE POLLO PICANTES CON PATATAS FRITAS



Ingredientes
La marinada:
1 k de alitas de pollo
3 Dientes de ajos machacados
Perejil y cilantro picados
El jugo de medio limón
1 Cucharadita de sal
1 Cucharadita de pimienta negra recién molida
½ Cucharadita de jengibre
1 Cucharadita de pimentón dulce (si lo quieres más picante, echa una pizca de pimentón picante)
2 Huevos batidos
Migas de pan
Copos de maíz tostados y triturados

Salsa de yogur:
1 Yogur natural
1 Diente de ajo machacado
2 Hojas de menta
Perejil y cilantro picado
Pimienta negra recién molida
Sal
1 Cucharada de mayonesa
1 Cucharada de aceite de oliva virgen extra

Elaboración
En un bol grande,  ponemos las alitas de pollo con todos los ingredientes de la marinada, removemos bien para que las alitas se impregnen de todos ellos, y dejamos reposar toda la noche.

A la hora de usarlas, escurrimos las alitas, pasamos por huevo y luego por las migas de pan (pan rallado, panko, etc.) y los copos de maíz. Freímos en aceite de oliva y una vez fritas las colocamos sobre papel absorbente de cocina para que suelten el exceso de grasa.

Preparamos la salsa de yogur, y a la hora de servir, ponemos en el centro dela fuente un pequeño bol con  la salsa, donde si se desea mojamos las alitas antes de comérnosla. Por supuestos se comen con los dedos, así se chupa uno los dedos de lo ricas que están,

Acompañar con patatas fritas.

¡Buen provecho!

martes, 13 de agosto de 2019

TIRAMISÚ DE CAFÉ (RECETA TRADICIONAL)


TIRAMISÚ DE CAFÉ
(RECETA TRADICIONAL)



Este postre cremoso y untuoso, es un clásico de la cocina italiana. Como siempre tiene éxito, aquí está, para el placer de los ojos y de las papilas gustativas.

Ingredientes
250 gr de mascarpone
50 gr de azúcar
25 cl de café muy fuerte
20 a 30 galletas de soletilla
5 Cucharadas de amaretto (licor de almendras amargas)
4 Huevos grandes
Cacao en polvo amargo

Elaboración
Rompemos los huevos suavemente, separamos las claras de las yemas en boles distintos.

Batimos las yemas y el azúcar hasta que la mezcla se vuelva ligeramente espumosa.

Añadimos el mascarpone mientras se mezclamos hasta obtener una crema suave.

Batimos las claras de huevo, añadimos a la crema anterior y la integramos con movimientos envolventes suaves para que entre aire fresco.

Mezclamos el amaretto con el café en un bol, y sumergimos rápidamente las soletillas sin remojarlas por completo.

Colocamos una primera capa de soletillas en el fondo de una copa o si se desea en una fuente rectangular.

Cubrimos con la mitad de la crema de mascarpone y luego nuevamente con las soletillas mojadas en el amaretto y el café, y termine con la segunda mitad de la crema de mascarpone.

Cubrimos el tiramisú con papel film y ponemos en el frigorífico durante al menos 12 horas. Lo ideal son 24 horas antes de servir.

La idea del tiempo en el frigorífico es para que las soletillas absorban la humedad de la crema, para un resultado mejor.

Con un tamiz fino, espolvoreamos, a la hora de servir con una nube de cacao en polvo amargo, siempre justo antes de servir, bien sea en copa o en fuente.

Yo los he preparado en copas para una presentación mejor, y algunas virutas de chocolate negro.

¡Buen provecho!

AXOA DE TERNERA VASCA


AXOA DE TERNERA VASCA


Ingredientes
500 gr de pierna de ternera
2 Cebollas
2 Pimientos verdes
2 Pimientos rojos
1 Cucharadita de pimentón picante (más bien semi picante)
1 Cubo de caldo de pollo
3 Cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta negra recién molida

Elaboración
Cortamos la carne en trozos grandes, y salpimentamos.

Pelamos y cortamos las cebollas en juliana.

Cortamos los pimientos en rodajas finas, quitándoles previamente los pedúnculos con las semillas.

En una cacerola, calentamos el aceite de oliva virgen extra AOVE. Ponemos los trozos de carne a dorar, y dejamos dorar sin remover mucho. Por todos lados. Sacamos y reservamos.

En la misma cacerola, ponemos la cebolla y los pimientos a sofreír, hasta que veamos las cebollas casi transparente. Añadimos la carne, el pimentón, el cubo de caldo de pollo, y cubrimos de abundante agua.

Dejamos hervir a fuego lento durante 50 minutos aproximadamente, removiendo de vez en cuando. Verificamos la sazón.

Servir caliente, con una guarnición de arroz cocido (opcional)

¡Buen provecho!

VOL AU VENT A LA REINA


VOL AU VENT A LA REINA



Ingredientes
6 Vol au vent
250 gr de filete de pavo (puede ser pollo)
200 gr de champiñones laminados frescos
40 gr de mantequilla
30 gr de harina
40 cl de caldo de pollo
10 cl de nata liquida

Elaboración
Precalentamos el horno a 180º.

Cortamos la carne en dados pequeñitos. Cocinamos en una olla de agua con sal al fuego e hirviendo el agua durante 8 minutos.

En una cacerola, derretimos la mantequilla, añadimos la harina y cocinamos moviéndola, para hacer un roux. Añadir poco a poco el caldo de pollo sin dejar de remover con una varilla, salpimentamos al gusto.

Agregamos la nata, el pavo y los champiñones, removemos bien hasta obtener una bechamel lo suficientemente espesa y liquida para rellenar los vol au vent.

Rellenamos los vol au vent con esta mezcla, y ponemos sobre una placa de horno, horneamos a 160º, durante 20 minutos aproximadamente. Y listos para servir.

Servir calientes o fríos, están igualmente ricos.

¡Buen provecho!

CARAMELO DE MANTEQUILLA SALADO (PARA UNTAR)


CARAMELO DE MANTEQUILLA SALADO (PARA UNTAR)




Ingredientes
100 gr de azúcar glas
40 gr de mantequilla medio salada
20 cl de nata liquida, entera

Elaboración
En un cazo de acero inoxidable a fuego medio, calentamos el azúcar. Cocinamos sin remover hasta que se derrita y se caramelice.

Añadimos gradualmente la mantequilla, y luego la nata liquida, mezclando vigorosamente con una varilla para evitar grumos.

Cuando la preparación sea homogénea, continuamos cocinando durante 5 minutos más y retiramos del fuego.

El caramelo todavía es líquido, pero su textura tiene que cambiar y volverse más espesa. Si está suficientemente cocido, se endurecerá al enfriarse.

Vertimos en un frasco de cristal con tapa, y dejamos enfriar. Mantenerlo en el frigorífico.

¡Buen provecho!

LA MEDICINA EN AL ANDALUS


LA MEDICINA EN AL ANDALUS

INTRODUCCIÓN



 La medicina en el mundo islámico, y por consiguiente el andalusí, alcanzó un nivel de altísima cotas; por el contrario en el mundo cristiano se encuentra estancada, prisionera de los monasterios y la religión. Para el cristiano occidental sólo el alma y sus enfermedades interesan - cuantas cosas se perdieron por el extremismo religioso -

 La medicina árabe-islámica, y por ende la andalusí, pertenece al saber médico clásico. Se trata de la conjunción de una ciencia y un arte.

 La medicina fue, de todas las disciplinas practicadas en esa época, la más interconfesional, también entre los médicos donde se pueden encontrar las actitudes más "filosóficas y materialistas". La medicina fue sin duda una de las moradas preferidas de la racionalidad -de la que la Edad Media no andaba sobrada precisamente-.

 La medicina andalusí fue admirada por los hispanocristianos, reconociendo en ella una superioridad manifiesta sobre la existente en sus propios reinos; muchos reyes y magnates cristianos fueron a Al Andalus a curar sus dolencias, por ejemplo Sancho el Craso.

 Muchas serían las bondades que podrían enumerarse de la medicina andalusí, por ejemplo, el elevado nivel que alcanzó la botánica, la farmacología y la investigación médica. Fue en Al Andalus donde se dignificó la práctica quirúrgica gracias a personajes como Abul Qasim al-Zahrawi o a Muhammad al-Safra, que alcanzaron las más altas cotas en especialidades como la oftalmología y la epidemiología.

 LITERATURA MÉDICA

Traducciones

 Desde los primeros tiempos del Islam varios califas sintieron atracción por la recuperación de la cultura clásica, predominantemente la helénica, solicitando, unas veces como botín de guerra y otras como obsequio, libros de las más diversas materias. Es en línea con esta tradición como se empiezan a relizar en Al Andalus traducciones de textos clásicos.

 El basileus bizantino Constantino VII Porfirogeneta envió como regalo a Abd al-Rahmán II un ejemplar de la Materia Médica de Dioscórides. Ante la imposibilidad de realizar una traducción correcta, el emir cordobés solicitó que le fuera enviado un traductor; el emperador bizantino le envió al monje Nicolás,éste junto a un grupo de botánicos y médicos cordobeses, entre los que se encontraban Hasdai ibn Shaprut, Ibn Yulyul y Muhammad ibn al-Kattani realizaron la primera traducción realizada sobre temas médicos.

 Tras esta primera traducción se crea una escuela de traducción en Córdoba, ésta institución será pionera en la especial dedicación de los andalusíes hacia el tema de la botánica, la farmacología y la medicina.

Tratados médicos andalusíes

 Los médicos andalusíes no se limitaron exclusivamente a estudiar a los clásicos, también fueron prolijos a la hora de redactar sus propios compendios médicos tratando los más diversos temas. En muchas ocasiones fueron verdaderos maestros que sirvieron de guía a generaciones de médicos en los siglos posteriores al fin de Al Andalus.

 Posiblemente el primer tratado médico andalusí es el de Abu Maewan Abd al-Malik ibn Habib (Huetor de Vega h. 790 -Córdoba 853), fue autor del Kitab al-Arab (Libro de la Medicina de los árabes). La obra se divide en dos partes: en la primera refleja lo que se da en llamar "medicina del Profeta", compendio de la medicina tradicional árabe -con mucho de empirismo y algo de racionalidad-; la segunda parte está dedicada a la mención de medicamentes simples a la vez que propone una terapéutica basada en los principios de Galeno. Según Fernando Girón [1], es la primera vez que se escribe el Al Andalus sobre medicina científica. Otro de los pioneros de la literatura médica andalusí fue Abd al-Malak ben Habur (m. 987 Córdoba)

 Será en el siglo X cuando aparecerán los primeros grandes maestros de la medicina andalusí. El primero que hay que citar es Abul Qasim al-Zahrawi (Abulcasis) (Medina Azahara h. 936 -Córdoba 1013), su gran obra es el Kitab al-tasrif li-man ayiza al-taalif (Libro que permite actuar a quién quiere prescindir de otras compilaciones). La obra tiene objetivos pedagógicos, así lo demuestra el propio título y la introducción del mismo en la que aparece dedicado a sus estudiantes.


 El Tasrif es la obra de un médico y cirujano. En sus treinta libros pasa revista a la medicina clínica y general, estudia la naturaleza del hombre y su temperamento; anatomía, patología -analiza más de trescientas enfermedades, siendo uno de los primeros en la descripción de la hemofilia-; también se ocupa de higiene y dieta; aporta el primer tratamiento independiente de cosmética escrito en al-Andalus y, sobre todo, es un grandísimo tratado de cirugía.

 Uno de sus discípulos, Ibn Wafid (Córdoba, h. 1007) escribió varias obras médicas, prestando especial atención al régimen dietético y a la farmacología.

 En los siglos XI y XII, al-Andalus fue la patria de una gran familia de médicos, los Banú Zhur, de ésta familia sobresalió con luz propia Abu Marwan Abd al-Malik ben Zhur (Avenzoar) (Sevilla 1090-1162). Avenzoar, hijo y nieto de médicos, y padre y abuelo de médicos, tiene una especial peculiaridad, al contrario de los grandes sabios que cultivan las más variadas artes y ciencias; Avenzoar se dedicó exclusivamente a la medicina.

 Entre sus numerosas obras destaca el Kitab al-Taysir fi-l-mudawa wa l-tadbir (Libro de la simplificación de la terapéutica y la dieta). En esta obra, escrita a instancias del califa Abd al-Mumin, aparece, por primera vez, el absceso de pericardio y su tratamiento. Se muestra en su obra partidario de la cirugía y la preparación de las medicinas -posiblemente sea una primera separación de funciones entre la medicina, la cirugía, y la farmacia.

 Avenzoar está considerado como el mayor de los clínicos andalusíes, un Rhazes andaluz. Averroes le consideraba el mejor médico de la historia después de Galeno.

 Un coetáneo, y amigo según algunas fuentes, de Avenzoar, fu Abu Walid Muhammad ben Ahmad ben Rush (Averrores) (Córdoba 1126 - Marrakech 1198)

 El gran erudito Averroes, cadí de Córdoba y Sevilla, alumno del médico extremeño Abu Yafar Harum, de Trujillo, escribió, en el campo de la medicina el Kitab al-Kullyyat fi l-tibb (Libro de las generalidades sobre la Medicina), en esta obra, dividida en siete partes, Averroes trata los más diversos temas médicos, abarcando desde la anatomía a la terapéutica.

 No solo fueron musulmanes los que destacaron en la teoría y la práctica médica en las tierras de al-Andalus. Otro de los pueblos que habitaban la Península Ibérica también gozaban de una reputada tradición médica; me estoy refiriendo al pueblo hebreo. De entre los judíos cabe mencionar a Musa ben Maymum (Maimónides) (Córdoba 1135 - Fustat 1204), más conocido por su obra filosófica, como algún otro de los mencionados. El que fuera médico de los ayubíes, tras su obligado exilio, nos legó diversas obras médicas como son los Aforismos médicos.


 Sería interminable la lista de los autores médicos andalusíes, y no es objetivo de este trabajo circunscribirse a la literatura médica; pero no quiero terminar este apartado sin mencionar a Abu Bakr Muhammad (1110-1198), hijo de Avenzoar, que escribió un comentario del poema de Avicena sobre la medicina; o el granadino Al Luachy (siglo XIII) autor de La llave para la salud del cuerpo y del alma, obra dividida en siete partes: de los órganos, de la salud, de las enfermedades, de los alimentos, de los medicamentos, de la higiene, y de la terapéutica.

Tratados de cirugía

 Amén de las obras que se podrían denominar enciclopédicas sobre medicina general, también se escribieron numerosas obras especializadas en las distintas ramas de la medicina.

 En cirugía Abulcasis proporcionó el primer, y principal, manual que se realizó sobre la medicina quirúrgica. La cirugía del Tasrif contenía, por un lado, conocimientos de la Antigüedad, inspirados en Paulo de Egina, y por otro, innovaciones propias de Abulcasis o importadas del Oriente islámico.

 En el Kitab al-Tasrif  la parte quirúrgica se divide en dos: la primera se dedica al uso del cauterio [2], la segunda habla de las ablaciones, las luxaciones y las fracturas. En el texto aparecen doscientos instrumentos qirúrgicos, muchos de ellos diseñados por el propio autor.

 En el Tasrif hay cincuenta y seis capítulos dedicados a la cauterización, noventa y nueve a la oftalmología y las enfermedades quirúrgicas; de la oculística hay que destacar la descripción de las operaciones de cataratas, incluso las blandas -por succión-, la dedica especial atención a la cirugía vascular y a la extracción y curación de las heridas de flecha, etc.


 A pesar de todo la cirugía, en gran parte por las prevenciones del Islam al respecto, no florecía por esos tiempos en al-Andalus; significativa es la exposición que hace el propio Abulcasis en sus obras:

«La cirugía no florece en nuestra tierra y en ésta época, de tal manera que dicho saber está a punto de desaparecer, casi sin dejar huella. Quedan algunos restos de la misma en los libros de los antiguos, pero son tantas las adulteraciones, llevadas a cabo por las manos de los copistas y tantos y tan graves los errores, que su significado se ha vuelto oscuro y su comprensión imposible»

[1] Historia de la Ciencia y de la Técnica, vol. 8 (Occidente Islámico medieval)
[2] se trata de calentar un instrumento médico y aplicarlo sobre el lugar del cuerpo apropiado.

(CONTINUARÁ)


Publicado por Garrot en 9:24 


ASCENSO DE AL-MANSUR


ASCENSO DE AL-MANSUR
Derechos 
Desarrollo
El ascenso de Muhammad b. Abi Amir, el futuro al-Mansur, comenzó en época de al-Hakam II, gracias a la protección de personalidades muy allegadas al califa; por su ingenio y su don de gentes, logró, de una forma u otra, seducir a Subh, la esposa favorita de al-Hakam. Atrajo la atención de yafar b. Uthman al-Mushafi, el poderoso ministro del califa. Pertenecía a la pequeña aristocracia de origen árabe y pasó primero a la secretaría del cadí de la capital y más tarde al puesto de intendente de los bienes del príncipe heredero Abd al-Rahman. Las fuentes árabes insinúan que, rápidamente, se hizo amante de Subh, madre de los dos príncipes herederos sucesivos. En el 967, fue nombrado director de la moneda (sahib al-sikka), puesto al que adjunta otros cargos como el de cadí de Sevilla. En el 972 se le promocionó a la magistratura de la shurta mediana (orden público). Ya no controlaba directamente la moneda, que, al parecer, pasó a manos del visir Ibn Hudayr, amigo suyo. Un año más tarde partió a Marruecos encargado de una especie de inspección general de las tropas de ocupación, transformadas posteriormente en una cadicato general de la zona controlada por el califato. Incluso antes de volver a la Península, a final del 974, fue nombrado nuevamente director de la sikka. Es evidente que las emisiones monetarias fueron una baza decisiva en la conquista del poder por Ibn Abi Amir. Las acuñaciones de los años 356 a 365 (967-976) atestiguan cambios sorprendentes, que debían traducir modificaciones importantes en las esferas del poder. Hasta que accedió Ibn Abi Amir a la dirección de las acuñaciones, no se observan emisiones de monedas de oro, interrumpidas desde el final del reinado de Abd al-Rahman III. Ibn Abi Amir fue nombrado al frente de la sikka en el mes de shawwal del año 356/21 de septiembre del 967. Desde el año 357 -correspondiente al 7 de diciembre del 967- es decir, dos meses y medio después de su nombramiento, se reanudaron las acuñaciones de dinares en cantidades notables y se mantuvieron en un nivel relativamente elevado hasta el 361/971-972. El nombre de emir figuró primero en el anverso de los dinares y dirhams que no llevaba el nombre del califa, pero luego, a partir del 360/970 encontramos su nombre asociado inmediatamente al de éste. Desde yumada II 361/marzo-abril del 972, hasta shawwal 363/julio del 974, se nombraron otros funcionarios al frente de la moneda, de tal forma que, según los textos, el único año en que Ibn Abi Amir no estuvo del todo a cargo de la sikka fue el 362. Las monedas de este año son poco abundantes, mucho menos que los dinares. No llevan el nombre de emir, que no vuelve a aparecer hasta el 363, año en que según los textos él está de nuevo al frente de la sikka y en el que se constata de nuevo importantes acuñaciones de dinares. La reanudación de las acuñaciones de oro durante el reinado de al-Hakam II parece, por tanto, directamente vinculada al control que el futuro dictador iba a ejercer sobre la actividad monetaria. Se pueden hacer algunas observaciones más, igualmente sugestivas sobre la lucha por el poder que implicaba el control de la emisión de moneda a lo largo de los años del final del reinado del segundo califa (muerto en yumada II 365/octubre 976). A partir del 364/974-975, el número de emisiones se redujo considerablemente y el oro, abundante en los años precedentes, desaparece otra vez casi totalmente de la moneda. Hasta entonces todas las acuñaciones se realizaban en Madinat al-Zahra', pero en los años 365 y 366/975-977 parte de las monedas a nombre de al-Hakam II se acuñaron en al-Andalus, es decir en Córdoba (llevan el nombre de Amir). A la muerte del califa, el ministro al-Mushafi y Muhammad b. Abi Amir, protegido del primero y hacia quien demostraba públicamente fidelidad, fueron más rápidos que los oficiales esclavones del palacio que habrían querido proclamar califa a al-Mughira, un hermano de al-Hakam. Apoyándose en la antigua aristocracia omeya y en los beréberes, ejecutaron a al-Mughira -fue el propio Abi Amir el que se encargó de esta operación- e impusieron el respeto a las decisiones de al-Hakam, que tiempo atrás había proclamado príncipe heredero a [Hisham#PINTOR#4848], su hijo menor, y con el apoyo de Subh se hicieron con las riendas del poder. El traslado de la moneda de fuerza de Madinat al-Zahra' se hizo de forma inmediata, si es que no había tenido lugar incluso antes de la muerte de al-Hakam II, y desde entonces se acuñaron todas las monedas en al-Andalus.