jueves, 19 de noviembre de 2020

TORTA DE QUESO

 

TORTA DE QUESO

Es una torta fácil de preparar, en realidad es una tarta de queso muy autentica, con un toque dulce y una textura notable.

 

Ingredientes

500 gr de queso para untar

250 ml de nata fresca

3  Huevos

175 gr de azúcar glas

15 gr de maicena

 

Elaboración

Precalienta el horno a 180º.

Forramos un molde desmoldable de lados altos de 18 cm de diámetro con papel sulfurizado.

Extendemos el papel de horno a una altura de 7 a 10 cm, y lo untamos de mantequilla y harina ligeramente.

En un bol, colocamos el queso de untar, batimos hasta que este cremoso y sin grumos, vamos añadiendo la nata batiendo, sin dejar mientras la añadimos, hasta que esté bien integrada.

Incorporamos el azúcar poco a poco sin dejar de batir. Incorporamos los huevos de uno en uno sin dejar de batir, y finalmente vamos agregando la maicena y mezclamos hasta obtener una masa tersa.

Vaciamos esta masa sobre el molde.

Metemos en el horno durante 55 minutos, pero pasado los 40 minutos, si es necesario, cubrimos el bizcocho con papel de aluminio para no dorarlo excesivamente...

Apagamos el horno y dejamos la puerta del mismo abierta, y dejamos unos 5 u 8 minutos.

Sacamos del horno y dejamos enfriar a temperatura ambiente, y una vez frio metemos en el frigorífico durante la noche.

Sacamos del frigorífico 20 minutos antes de servir.

Exquisita y deliciosa tarta de queso.

¡Buen provecho!

ROSQUILLAS DE VINO MOSCATEL

 

ROSQUILLAS DE VINO MOSCATEL

Ingredientes

150 gr de azúcar

1 Vaso de aceite de oliva virgen extra

1 Copa de vino moscatel

1 Vaso de pistachos, avellanas, y almendras granuladas

450 gr de harina 00

1 Cucharada de levadura en polvo

 

Elaboración

En un bol grande, tamizamos la harina junto con la levadura, y la mezclamos con el azúcar y los frutos secos granulados. Mezclamos bien, para integrar los ingredientes.

Añadimos el aceite de oliva virgen extra y el vino moscatel, de poco a poco y removiendo con una cuchara de madera, hasta integrarlo.

Amasamos hasta obtener una mezcla suave y homogénea.

Precalentamos el horno a 180º.

Cogemos un poco de masa (unos 40 gr) y formamos palitos de unos 12 cm de largo  y 1,5  cm de grosor. Formamos las rosquillas apretando los extremos para soltar el círculo.

En una bandeja de horno, forrada con papel sulfurizado, vamos colocando las rosquillas.

Metemos en el horno y horneamos durante 25 minutos aproximadamente, hasta que estén ligeramente doradas.

Dejamos que las rosquillas se sequen en el horno apagado durante 5 minutos, sacamos y dejamos enfriar a temperatura ambiente antes de servir.

Son exquisitas, acompañadas de leche o un capuchino.

¡Buen provecho!

martes, 17 de noviembre de 2020

CROQUETAS DE PATATAS A LA ITALIANA

 

CROQUETAS DE PATATAS A LA ITALIANA



Hoy nos vamos a Italia, así que haced estas croquetas al estilo italiano, que tanto gustan a niños como a mayores.

 

Ingredientes

800 gr de patatas

3 Huevos

100 gr de queso parmesano

Nuez moscada

1 Cucharada de leche

Pan rallado

Aceite de oliva

Sal

Pimienta negra recién molida

Perejil picado

 

Elaboración

Pelamos las patatas, las hervimos en abundante agua con sal y una vez cocidas, ponemos en un bol grande y hacemos un pure con ellas con la ayuda de un machacado, si no lo tenéis con un tenedor.

Dejamos enfriar, luego agregamos los huevos batidos, el perejil picado y el parmesano rallado. Así como la nuez moscada, y salpimentamos al gusto. Mezclamos muy bien todo, hasta integrar bien todos los ingredientes.

Sacamos con las manos bolitas, de pure y damos forma de croquetas, pasamos por harina, luego por huevo batido con una cucharada de leche y por ultimo por pan rallado mezclado con queso parmesano rallado.

Freímos en freidora con abundante aceite de oliva, bien caliente. Unas poquitas, no muchas a la vez, procurando que se doren por todos lados, una vez doradas sacamos y ponemos sobre papel absorbente de cocina para quitar el exceso de aceite.

Servimos caliente.

¡Buen provecho!

CROQUETAS DE BERENEJENAS Y MOZZARELLAS

 

CROQUETAS DE BERENJENAS Y MOZZARELLA

¿Quién dice que la comida vegetariana no es gourmet?. Olvida todos tus prejuicios con esta receta. Más que croquetas, le llamaría croque de berenjenas. Pero son como las croquetas.

 

Ingredientes

3 Berenjenas

2 Bolas de mozzarellas

250 gr de pan rallado

3Huevos

100 gr de harina

2 Cucharadas de semillas de amapola

5 cl Aceite de oliva

Sal

Pimienta negra recién molida

 

Elaboración

Lavamos y cortamos las berenjenas en rodajas gruesas.

En una sartén, con una rociada de aceite de oliva, freímos 5 minutos por cada lado, salpimentándolas previamente.

Hacemos esto varias veces, para que no se nos quemen.

Sacamos y ponemos sobre papel absorbente de cocina, para quitar el exceso de aceite.

Cortamos las bolas de mozzarellas en rodajas

Pasamos una rodaja de berenjena por harina, insertamos una rodaja de mozzarella, ponemos otra rodaja de berenjena pasada por harina encima, luego pasamos por huevo batido y por ultimo por pan rallado, aplastamos suavemente para que queden bien pegadas...

Reservamos una hora en el frigorífico.

En una sartén con aceite de oliva bien caliente, vamos friendo las croquetas de berenjenas en pequeñas cantidades, dándoles la vuelta  con una araña o una pinza, cuando estén doradas por ambos lados.

Sacamos y ponemos sobre papel absorbente de cocina, quitándoles el exceso de aceite.

Servimos caliente inmediatamente, acompañadas de una ensalada.

¡Buen provecho!

 

 

 

BERENJENAS RELLENAS DE CORDERO Y LIMÓN CONFITADO

BERENJENAS RELLENAS DE CORDERO Y LIMÓN CONFITADO


Ingredientes

2 Berenjenas

350 gr de  paletilla de cordero ecológico “lojeño” www.acrol.es

1 Manojo de perejil

1 Cebolla morada

1 Diente de ajo

1 Huevo

1 Limón confitado

1 Cuchad aita de “zaatar”

Aceite de oliva

Sal

Pimienta negra recién molida

 

Elaboración:

Precalentamos el horno a 200º con aire caliente, si aire a 180º.

Cortamos la carne en daditos, quitándoles lo más posible de grasa.

Cortamos la cebolla y el limón confitado en dados grandes; pelamos el ajo, picamos el perejil, reservando unas pocas hojas para decorar.

Lavamos las berenjenas, retiramos el pedúnculo y cortamos por la mitad longitudinalmente... Quitamos la pulpa  y cortamos en dados.

En un. Bol, mezclamos la carne, la pulpa de berenjenas, el ajo muy picado, la cebolla, el limón y el perejil. Añadimos una cucharada de aceite de oliva y las especias, salpimentamos al gusto, mezclamos bien. Por ultimo ponemos todo en la picadora y picamos.

Agregamos el huevo, sal y pimienta al gusto, mezclamos bien.

Rellenamos las berenjenas, y las colocamos en una fuente de horno. Rociamos con aceite de oliva y horneamos durante 25 a 30 minutos aproximadamente, controlando la cocción.

Sacamos del horno y servimos caliente.

¡Buen provecho!

 

Nota:

Zaatar, es una mezcla de especias árabes compuestas, entre otras de tomillo, orégano, sésamo, mejorana, que combina muy bien con los vegetales como las berenjenas. También puedes usar otro tipo de especias, dependiendo de las que tengas disponibles.

  

'ABD ALLAH AL-BAYYASI

 

'ABD ALLAH AL-BAYYASI


Real academia de la historia

Biografía:

‛Abd Allāh Al BayyāsīEl Baezano. ¿Baeza? (Jaén), f. s. XII – Córdoba, 1226. Caudillo andalusí, príncipe almohade.

La figura de ‛Abd Allāh el Baezano se sitúa en el contexto de la descomposición política del Imperio almohade posterior a la derrota de las Navas de Tolosa en 1212. Desde este momento la situación política en al-Andalus comienza a degradarse, produciéndose la aparición de caudillos locales que actuarán de forma independiente, fenómeno que ha llegado a ser calificado como “terceras taifas”. El Baezano, perteneciente a una familia que ejercía importantes funciones políticas con los almohades, representa la fugaz aparición del primer caudillo andalusí con ambición de crear un dominio estable, pero su efímero poder duró sólo dos años, entre 1224-1226.

El protagonismo del Baezano se remonta a 1224, momento en el que la descomposición interna de la dinastía almohade comienza a hacerse más fuerte. Ese año fue proclamado en Marrakech como nuevo califa almohade Abū Muḥammad ‛Abd al‑Wāḥid, hasta entonces gobernador de Tremecén. Pero, al mismo tiempo, en Murcia se eligió a ‛Abd Allāh b. Ya‛qūb b. al-Manṣūr, sobrino del anterior e hijo de Yūsuf Ya‛qūb al‑Manṣūr, elevado al califato con el sobrenombre de al‑‛Ādil. Era el 6 de marzo de 1224 e, inicialmente, el Baezano se unió a la causa del nuevo califa: según Ibn ‛Iḏārī, al-‛Ādil escribió a Abū Muḥammad b. al-Sayyid Abī ‛Abd Allāh b. al-Sayyid Abī Muḥammad al-Bayāsī, entonces gobernador de Sevilla, para agradecerle que se rebelara contra su tío y que apoyara su causa. Tras recibir la proclamación de la gente de Murcia, al-‛Ādil se dirigió hacia Sevilla, uniéndosele en el camino su hermano Abū l-‛Alā, y ‛Abd All~h al-Bayāsī (el Baezano), donde recibió la aceptación de todo al-Andalus, excepto la zona del Levante, gobernada por el sayyid Abū Zayd, hermano del Baezano. Al-‛Ādil se estableció en Sevilla e hizo un cambio de gobernadores, poniendo al Baezano como gobernador de Córdoba y a su propio hermano Abū l-‛Alā al frente de Sevilla.

La alianza del Baezano con los almohades se rompió muy pronto, por motivos que se ignoran. Tal vez, como sugiere F. García Fitz, el Baezano interpretase como gesto de desconfianza el ser relegado del gobierno de Sevilla, la capital andalusí de los almohades, o puede que fuese inducido a ello por su hermano Abū Zayd, el único que no había mostrado su apoyo a al-‛Ādil. El cronista al-ḤimyarĪ sugiere que entre ambos personajes no existía confianza, ya que el califa había manifestado malas intenciones hacia el Baezano, quizás debido a la actitud de su hermano, y que, atemorizado, ‛Abd Allāh optó por refugiarse en Baeza. Sea de ello lo que fuere, no es absurdo pensar su ambición última fuese convertirse en el único soberano de al-Andalus y para ello no dudó en echarse en manos de los cristianos, lo que generó entre la población andalusí un sentimiento de desconfianza y animadversión hacia él.

Por dos veces al-‛Ādil trató de someter al rebelde encastillado en Baeza. Primero envió contra él un poderoso ejército dirigido por el gobernador de Sevilla, su hermano Abū-l-‛Alā, que lo asedió, llegándose a un pacto por el que el Baezano aceptó someterse, entregando incluso un hijo suyo como rehén. Pero ello no satisfizo al califa, siendo Abū l-‛Alā reprendido por su actuación. Un segundo ejército se dirigió contra Baeza, comandado por ‛Utmān b. Abī Ḥafṣ, pero fue dispersado sin dificultad por el centenar de caballeros del Baezano y los cristianos que lo apoyaban. Fue, pues, en este contexto, donde se fraguó la alianza entre el Baezano y Fernando III, si bien las fuentes árabes afirman que una de las razones que motivó la retirada de Abū l-‛Alā fue el temor a la llegada de refuerzos cristianos, a los que califican como “protectores y aliados del señor de Baeza”. La colaboración entre ambos iba a ser muy provechosa, sobre todo, para el rey castellano y que tuvo dos dimensiones principales: la entrega de plazas fuertes y fortalezas y la realización de incursiones y cabalgadas. Es posible que el Baezano se declarase vasallo del rey, si bien tal circunstancia no consta en las fuentes.

Pero la actuación de el Baezano no consistió únicamente en la entrega de plazas fuertes, sino que, además, prestó su ayuda activa al soberano castellano-leonés. La primera expedición tuvo lugar ya en 1224 y fue una breve cabalgada que se desarrolló entre finales de septiembre y principios de noviembre, centrándose en la zona próxima a Baeza, siendo saqueada Quesada y otras fortalezas situadas cerca del Guadalquivir. Aunque esta primera cabalgada no supuso la toma de ninguna plaza, sí generó un cuantioso botín para los cristianos.

En junio de 1225, Fernando III inició una importante incursión de castigo por territorio jiennense y granadino, más importante que la anterior. En el puerto del Muradal se le unió el Baezano, quien le dio como rehén a su hijo menor para que lo llevase a Castilla, como testimonio y garantía de su fidelidad. Es en este contexto donde se plantea la entrada en vasallaje del Baezano respecto a Fernando III. Juntos se dirigieron a Jaén, guardada por el noble cristiano desnaturado Álvar Pérez de Castro, al servicio de los almohades. Ante la imposibilidad de tomarla se dirigieron a Priego, que se rindió gracias a la mediación del Baezano. A continuación fue tomada Loja con enorme violencia, realizándose una gran carnicería, tras lo cual las huestes cristianas se dirigieron a Alhama de Granada, cuya población, espantada por lo ocurrido en Loja, había abandonado la población. Fernando III arrasó entonces la rica Vega granadina y se dirigió a la capital, cuyo cerco fue levantado gracias a la entrega de los cautivos cristianos que en ella había.

Antes de su regreso a Castilla, el Baezano hizo entrega a Fernando III de los castillos de Martos y Andujar, así como otros menores, entre los que las fuentes árabes citan Mudassas y ḥiṣn al-Turāb. Las fuentes árabes no dejan de subrayar la importancia de esta situación y, como indica el cronista benimerín Ibn Abī Zar‛, el Baezano fue el primero que estableció la costumbre de entregar ciudades y castillos a los cristianos. Asimismo, otro aspecto importante radica en el hecho de que, por vez primera desde las Navas de Tolosa en 1212, los cristianos lograban obtener un dominio territorial estable al sur de Sierra Morena, con la particularidad de que las plazas ganadas lo fueron gracias al pacto entre Fernando III y el Baezano.

Las incursiones se reanudaron de nuevo en el verano de 1225, cuando una fuerza conjunta de cristianos y musulmanes, encabezada esta vez por el Baezano, llevó a cabo una algarada por la zona de Sevilla, rindiéndosele los castillos de la comarca del Aljarafe, así como las poblaciones situadas entre Sevilla y Córdoba, incluyendo la antigua capital Omeya, cuyos habitantes capturaron al gobernador, Abū Mūsà, hermano del califa al-‛Ādil, entregándoselo al Baezano. Ante la creciente amenaza cristiana, apoyada por el Baezano, al-‛Ādil abandonó al-Andalus en noviembre de ese año, dirigiéndose a Marrakech y dejando a su hermano Abū l-‛Alā como máxima autoridad en la Península. El poder del Baezano alcanzó en este momento su punto culminante, de tal manera que las fuentes árabes subrayan que estuvo cerca de alcanzar todo el poder en al-Andalus, pues entre sus dominios se incluía ahora Córdoba y, también al parecer, Málaga.

La posición alcanzada por el Baezano fue de nuevo aprovechada por Fernando III, quien reclamó el control de ciertos núcleos fortificados, prometiéndole la entrega de Salvatierra, Borgalimar y Capilla, situadas al norte de Sierra Morena. Sin embargo, fue este acuerdo el que determinó el destino del Baezano, ya que, mientras la entrega de Borgalimar se verificó sin dificultad, la guarnición de Salvatierra planteó resistencia a cumplir las órdenes del Baezano, mientras que los de Capilla se negaron a someterse.

Envalentonado con la marcha de al-‛Ādil, el Baezano pensó que era el momento de dar el golpe definitivo que lo convirtiese en el máximo soberano musulmán de al-Andalus, lo cual exigía la toma de Sevilla. Sin embargo, fue derrotado en marzo de 1226 y perdió las posesiones sevillanas logradas en la anterior incursión. En lugar de ser su triunfo definitivo, esta expedición representó el detonante de su fin. La política de alianza con los cristianos y la entrega de territorios y fortalezas era una amenaza para los musulmanes y suscitó la animadversión popular contra el Baezano.

A comienzos de junio comenzó Fernando III el cerco de Capilla, que fue apoyada desde Córdoba por el Baezano con víveres y pertrechos. En este momento, la población de Córdoba se rebeló, al parecer sospechando que el Baezano quería entregar la ciudad a los cristianos. Aunque trató de huir en dirección al castillo de Almodóvar, fue alcanzado en la misma cuesta del castillo y ejecutado. Su cabeza fue enviada a Abū l-‛Al~, el cual la mandó a su hermano el califa, a Marrakech, el cual, según las crónicas árabes, se ensañó con ella, golpeándola e injuriando al Baezano y a toda su familia.

 

Bibl.: A. Huici Miranda, Historia política del Imperio almohade, Tetuán, 1956-1957, 2 vols., II, págs. 452-462; F. J. Aguirre Sádaba, y M.ª C. Jiménez Mata, Introducción al Jaén islámico (estudio geográfico-histórico), Jaén, 1979, págs. 225-237; F. García Fitz, Relaciones políticas y guerra. La experiencia castellano-leonesa frente al Islam. Siglos XI-XIII, Sevilla, 2002, págs. 162-170.

 

Alejandro García Sanjuán

 

LA BATALLA DE JEREZ

 

LA BATALLA DE JEREZ


Francisco Gilet .

Los siglos durante los cuales trascurrió la Reconquista contemplaron grandes gestas o renombradas batallas como la de las Navas de Tolosa o de Covadonga, sin embargo, otras victorias cristianas, de menor resonancia, tuvieron importantes consecuencias. La de Cutanda es un ejemplo al provocar el éxito de Alfonso I de Aragón la consolidación de la conquista de Zaragoza. Igual sucedió después de la batalla de Jerez, librada en las cercanías de la ciudad andaluza en el año 1231; el poder del rey Ibn Nasr fue debilitado, al tiempo que se acrecentaba la influencia de su rival, Muhammad ibn Nasr, rey de Arjona, facilitando la penetración de las tropas del rey Fernando III en el valle del Guadalquivir, para llegar a conquistar las ciudades de Jaén, Córdoba, Sevilla y Murcia.

Mientras Fernando III recorría las principales ciudades de su reino de León, envió a su hijo Alfonso a tierras andaluzas, con la imprescindible compañía de Alvaro Pérez de Castro, el Castellano, señor de la Casa de Castro, junto con el magnate Gil Manrique,  mandando aquel las fuerzas de la corona cristiana. Hay que señalar  que existen dudas sobre la persona de este Alfonso, dado que el hijo del rey en aquellas fechas tendría nueve años, por lo cual, algunos historiadores  tienden a señalar a este personaje como el hermano del rey, el infante Alfonso de Molina, hijo del difundo Alfonso IX de León. Sin embargo, la versión que afirma tratarse del hijo del rey Fernando lo hace en estos términos: “Mandó a don Alvar de Castro, el Castellano, que fuese con él, para guardar el infante y por cabdillo de la hueste, ca el infante era muy moço e avn non era tan esfforçado, e don Alvar Pérez era omne deferido e muy esforçado”.

Las tropas castellanoleonesas, descendieron desde Toledo para dirigirse hacia Andújar y avanzar devastando la tierra cordobesa, especialmente el municipio de Palma del Rio, población que exterminaron para llegar a las cercanías del rio Guadalete, en las proximidades de la ciudad de Jerez, en donde instalaron el campamento.

El emir Ibn Hud, que había logrado reunir un numeroso ejército, muy superior al cristiano, vino a interponerse entre las tropas de Pérez de Castro y la ciudad de Jerez. La desventaja cristiana no solamente era numérica sino también de posición, ya que tenía imposible la retirada. Alfonso Pérez de Castro arengó a sus tropas proclamando que el repliegue era imposible, por lo cual solamente cabía la esperanza de morir combatiendo. Ordenó, pues, el ataque del ejército cristiano, el cual avanzó y logró abrir una brecha en las filas musulmanas, las cuales se vieron rodeadas por sus flancos, lo cual provocó su pánico al verse deshechas sus filas, imperando el desorden.

Emprendieron los musulmanes de Ibn Mad la huida, convirtiéndose la batalla, desde ese momento, en una masacre de musulmanes huyendo hacia Jerez. Los hermanos Garci y Diego Pérez de Vargas tuvieron una gran presencia en la batalla, apelado este último “Machuca” como consecuencia de la acción que ejecutó durante la contienda; al haber roto en la lucha, su lanza y espada, desgajó un verdugón de olivo con su cepejón y blandiéndolo, con suma destreza, a cada golpe caía un musulmán, escena que provocó que Alvar Pérez de Castro al ver tales prodigios de valor, exclamase; “Machuca!, Diego, ¡Machuca!” Y desde entonces se llamó Diego Vargas Machuca.

El ejército cristiano atribuyó su victoria en la batalla de Jerez, así como su ausencia de bajas, a la presencia durante la misma del apóstol Santiago, patrón de España, quien, según las crónicas de la época, fue visto durante la batalla, portando un estandarte blanco y una espada, combatiendo junto al lugar donde luchaba Álvaro Pérez de Castro el Castellano.

Es decir, que Santiago parece ser que no solamente ayudó a la reconquista cristiana en Clavijo, sino que también hizo acto de presencia en Jerez, si bien Alfonso X, quién seguramente estuvo presente en la batalla, no lo menciona. Aunque sí alabó y grandemente la batalla de Jerez, con estas palabras;

    “Conviene que sepades los que esta estoria oyredes que la cosa del mundo que más quebrantó a los moros, por que el Andaluzía ovieron a perder e la ganaron los christianos dellos, fue esta cabalgada de Xerez, ca de guisa fincaron quebrantados los moros, que non pudieron después auer el atreuimiento nin el esfuerço que ante avíen contra los christianos, tamaño fue el espanto e el miedo que tomaron desa vez”.

Después de su victoria en la batalla de Jerez de la Frontera, Pérez de Castro se dirigió a Castilla y entregó al infante Alfonso a su padre el rey, que se hallaba en la ciudad de Palencia.

Francisco Gilet

Bibliografía

Ansón Oliart, Francisco (1998). Fernando III, rey de Castilla y León.

Martínez Díaz, Gonzalo (2000). «La conquista de Andújar: su integración en la Corona de Castilla

viernes, 13 de noviembre de 2020

BACALAO AROMATIZADO CON VINO BLANCO, TOMATE Y ALBAHACA

 

BACALAO AROMATIZADO CON VINO BLANCO, TOMATE Y ALBAHACA

Ingredientes

Para la salsa de vino blanco, tomate y albahaca:

2 Cucharadas de aceite de oliva

½ Cucharadita de carne de pimiento seco

3 Dientes de ajo, picado en láminas

20 Tomates cherry, cortados por la mitad

¼ de taza de vino blanco seco

2 Cucharadas de jugo de limón

½ Taza de albahaca fresca, picada menudita

½ Cucharadita de ralladura de limón

Sal al gusto

Pimienta negra recién molida al gusto

Para el bacalao:

4 Lomos de bacalao fresco o congelado de unos 180 gr cada uno

Sal

Pimienta negra recién molida

 

Elaboración

Precalentamos el horno a 190º

En una sartén, a fuego medio, calentamos el aceite de oliva, añadimos la carne del pimiento seco, el ajo laminado, y salteamos durante 1 minutos o hasta que el ajo este fragante.

Añadimos los tomates cherry y cocinamos ente 10 o 12 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que estén tiernos, manteniendo su forma.

Agregamos el vino blanco seco, mezclamos y dejamos hervir a fuego lento, añadimos la albahaca, el jugo de limón, la ralladura de limón, la sal y la pimienta negra recién molida. Cocinamos por 2 minutos. Volcamos la salsa en un bol y reservamos.

En una sartén grande con aceite a fuego medio, ponemos los lomos de bacalao, previamente salpimentados la gusto, y dejamos cocer unos 5 minutos, damos la vuelta al bacalao con  cuidado y colocamos en una fuente para horno.

Vertimos sobre los lomos de bacalao la salsa de tomate, vino blanco y albahaca. Metemos en el horno y horneamos unos 8 o 10 minutos.

Sacamos del horno y a disfrutarlo calentito.

¡Buen provecho!

 

 

 

ALMOJÁBANAS

 

ALMOJÁBANAS

Las almojábanas, son típicas de Murcia. Se trata de una receta de origen árabe, prácticamente es una masa choux, la que usamos para hacer Profiteroles o Lionesas. Pero con un toque especial.

 

Ingredientes

300 gr de harina

5 Huevos grandes

275 ml de agua

100 ml de aceite de oliva suave

1 Cucharadita de sal

100 ml de miel

2 Cucharadas de agua

 

Elaboración

En un cazo, ponemos a fuego medio alto a calentar agua con el aceite de oliva y la sal, hasta que hierva.

Retiramos del fuego y añadimos toda la harina de golpe, para que se escalde y comencemos a remover hasta que se forme una masa que se despegue de las paredes del cazo.

A veces todas las harinas no absorben la misma cantidad de líquido, por lo que si necesitas pones el cazo de nuevo al fuego y removemos un poco para que la masa este lista.

La dejamos reposar unos 5 minutos para que pierda un poco de calor.

La ponemos en un bol grande, y ponemos en la amasadora eléctrica con el gancho de amasar a velocidad media y vamos añadiendo los huevos de uno en uno. No añadimos el siguiente hasta que no esté integrado el anterior.

Cuando hayamos terminado con todos los huevos, habremos obtenido una masa lisa y brillante, como si fuésemos a preparar Profiteroles.

Precalentamos el horno a 200º.

En una bandeja de horno, forrada con papel sulfurizado, vamos poniendo las almojábanas, Cojemos un puñadito con la mano, hacemos una bola y presionamos con el dedo medio y el gordo un agujero en el dentro de la bola, y colocamos sobre el papel sulfurizado, dándoles un poco de separación entre cada uno ya  que tienden a hincharse.

Metemos en el horno y horneamos durante 25 o 30 minutos, hasta que las veamos completamente doradas.

Las dejamos enfriar completamente.

Calentamos la miel con las dos cucharadas de agua hasta que hierva, y vamos mojando las almojábanas en el almíbar hirviendo.

Colocamos sobre rejilla para escurran.

Después servir en bandeja  de servir al uso.

¡Buen provecho!